Adela Ortiz, docente en Área Mantenimiento Industrial de Santo Tomás:

“El desarrollo académico a partir de la vinculación con la comunidad favorece directamente la formación de competencias de los estudiantes”

La académica se refiere a la serie de iniciativas que ha desarrollado la institución en beneficio de las comunidades en el marco del Fondo Concursable Huellas que impulsa el IP-CFT Santo Tomás.

El “Fondo Concursable Huellas: Innovando en Comunidad. Libera tu creatividad y construye realidad” es una iniciativa del Instituto Profesional y Centro de Formación Técnica Santo Tomás que nace al alero del programa “IP-CFT 2030” impulsado por CORFO y el Ministerio de Educación (Mineduc) y que financia diversas acciones que vayan en beneficio directo de la comunidad.

Así, algunos de los proyectos realizados hasta acá por la institución son “Viento a nuestra ayuda», «Huellas en la huerta», «Proyecto Shitzuke» e «Ilumina tu diversión», ejecutados por docentes y alumnos de la carrera Mantenimiento Industrial; y el proyecto “Jiwasanaka”, a cargo de la carrera Energía Solar y que beneficiaron al Parque Ecológico Ecorayén de Antofagasta.

Asimismo, se ejecutaron los proyectos “Cuida tu villa” y “¡Que florezca el desierto!” a cargo de la carrera Mantenimiento Industrial y que favorecieron a los vecinos de Villa Las Condes, también de la capital de la segunda región; y, finalmente, se suma la iniciativa “Más energía menos CO2”, a cargo de la carrera Energía Solar más la colaboración de una estudiante de la carrera Ingeniería Química.

Al respecto, la docente de especialidad del Área Mantenimiento Industrial del IP-CFT Santo Tomás y analista disciplinar de los proyectos, Adela Ortiz, aseguró que “el desarrollo académico a partir de la vinculación con la comunidad favorece directamente en la formación por competencias dirigidas al Perfil de Egreso de los estudiantes, ya que las acciones, al ser de especialidad, involucra que el trabajo en terreno sea bajo las estrategias de enseñanza-aprendizaje dirigidas a la obtención de conocimientos, habilidades, actitudes y destrezas que permitan los avances, tanto académicos como profesionales. También se fomentan y refuerzan los valores de Santo Tomás en nuestros estudiantes”.

Por lo mismo, la experta sostiene que los alumnos, desde el primer momento, “han manifestado entusiasmo” por ser parte de estas iniciativas, “aún sin conocerse al inicio, puesto que venían de clases virtuales y hoy ya comparten y se apoyan. Es muy notorio el compañerismo. Les gustó la experiencia y siempre hacen recuerdo de las anécdotas y buscan soluciones para todos. Demostraron compromiso y perseverancia frente a todas las actividades, no sólo las de terreno”.

Respecto a su opinión sobre la realización de estos proyectos a favor de la comunidad, Adela Ortiz manifiesta que “estas prácticas son muy favorables cuando de formación por competencias se trata. Vivir experiencias donde se relacione lo aprendido en clases o viceversa, aprender en terreno lo que no se aprendió en clases, son instancias valiosas para crear zonas próximas de desarrollo del aprendizaje que les permite descubrir y autovalorar lo conocido y lo que está por conocer”, sentenció.