Síndrome Diarreico Agudo por Rotavirus en la infancia

El Síndrome Diarreico Agudo (SDA) o según la Organización Mundial de la Salud (OMS) Gastroenteritis aguda, es un trastorno en la absorción intestinal de nutrientes, agua y electrolitos, condicionando el aumento de la frecuencia (mayor o igual a 3 veces al día), volumen (mayor a 10 g/kg/día) y contenido acuoso de las deposiciones, que habitualmente revierte en menos de una semana (Pérez C, Harris P, 2020). Se presenta a cualquier edad, sin embargo, los más afectados son los menores de 5 años, por lo que representa un motivo frecuente de consulta médica con cifras que oscilan entre 0,5 – 2 episodios/año por niño (Valderas J, 2018).

La etiología más frecuente es la infecciosa, asociada a virus (80%), otros agentes son bacterias y parásitos; según las condiciones de saneamiento ambiental, zona geográfica, estado inmunológico, entre otros factores.

A nivel mundial, la OMS destaca al Rotavirus como principal agente causal de diarrea grave en niños entre los 4 y 24 meses de edad.  La incidencia es similar en países de altos, medios y bajos ingresos, pero el 80% de la mortalidad ocurre en estos últimos.

Este virus tiene un periodo de incubación breve de 1 a 2 días y un alto potencial de transmisibilidad por vía fecal oral y contacto persona a persona por manos y objetos contaminados, contexto clásico en el hogar, sala cuna y jardines infantiles. La excreción viral por deposiciones es alta, además, es un agente muy estable pudiendo permanecer varios días en el medio ambiente.

Tras una primera infección, el niño o niña desarrolla una respuesta inmunológica amplia, favoreciendo que, ante un nuevo episodio no evolucione hacia la forma grave de la enfermedad. Actualmente en Chile, existe vacuna para Rotavirus, sin embargo, aún no está incluida dentro del Programa Nacional de Inmunización.

Respecto al curso de la enfermedad, el lactante es llevado por su madre al servicio de urgencia, con historia de deposiciones líquidas frecuentes, irritabilidad, rechazo de alimentación y eventualmente vómitos y/o fiebre de baja cuantía. Lo anterior permite al pediatra la sospecha diagnóstica y limitar la solicitud de exámenes de sangre y/o confirmar el Rotavirus por una muestra de deposición. Al examen físico del lactante, se objetiva una baja de peso en corto periodo de tiempo, regulares condiciones generales y manifestaciones de hidratación límite hasta aquellas de deshidratación moderada a severa; tales como fontanela a tensión disminuida, ojitos hundidos, llanto sin lágrimas, mucosa oral seca, pañal con orina escasa y deposición líquida abundante, que lesiona la piel glúteo genital y sobrepasa el pañal.

El mayor riesgo del menor de 2 años es la deshidratación, por déficit de agua y electrolitos excretados en deposiciones y/o vómitos, por lo que, si falla la terapia ambulatoria con sales de rehidratación oral, va a requerir de hospitalización para estabilizar, hidratar por vía intravenosa y otorgar los cuidados de Enfermería. Entre estos se priorizan la realimentación precoz, manejo de la hidratación, control de signos vitales, monitoreo de ingresos y egresos, cuidados de la piel y acompañamiento de la madre para disminuir la ansiedad del lactante.

El SDA por Rotavirus es un problema de salud frecuente en la infancia y de mayor riesgo en menores de 2 años por su labilidad hidroelectrolítica y mayor compromiso nutricional. Por ello, lo más importante es promover la lactancia materna, la higienización de manos y superficies, el saneamiento del entorno y la manipulación efectiva de alimentos. La consulta oportuna en el centro asistencial permitirá el manejo ambulatorio del niño o niña según protocolos establecidos y limitar la hospitalización y separación de su entorno familiar.