Prohibición por el bien común

El plástico es una sustancia química sintética, moldeable mediante calor o presión, cuyo principal componente es el carbono. Se caracteriza por su peso liviano, tacto agradable, y resistencia a la degradación ambiental y ecológica. Además, este material es moldeable y de fácil trabajo, de baja densidad, suelen ser impermeables, aislantes eléctricos y térmicos, resistentes a la corrosión y factores químicos, muchos no son biodegradables ni fáciles de reciclar, y al contacto con fuego son altamente contaminantes.

A pesar de que el plástico revolucionó nuestras vidas gracias a sus diversas aplicaciones y usos, hoy se transformó en el gran enemigo del ecosistema ya que está contaminando suelos y mares, ocasionando la muerte de diversas especies, principalmente aves y peces.

Pero, ¿cuál fue la causa de esto?, ¿cómo llegó a los suelos y mares? La respuesta es triste. Nosotros mismos fuimos los culpables de que estos desechos hayan terminado en el agua y suelo, generando un desastre ecológico.

Entre estos, las bolsas distribuidas en medidas inconmensurables han sido una de los causantes principales del gran daño a la biodiversidad. Sin embargo, aún estamos a tiempo de remediarlo.

Reducir, reutilizar y reciclar son las acciones clave para mitigar el impacto ambiental, con tal de contribuir al cuidado de los recursos naturales no renovables.

En este sentido, nuestro país dio un gran paso al promulgarse la Ley 21100 que prohíbe su uso, y que se consolidó como un avance en materia legislativa ambiental para detener la contaminación por bolsas, siendo los municipios los principales responsables de su fiscalización al poseer la facultad de aplicar sanciones que podrían llegar hasta 5 UTM (unos 241 mil pesos, aproximadamente), a todos aquellos que infrinjan la norma.

A pesar de esto, nosotros mismos también podemos contribuir con un granito de arena al cuidado del planeta, optando por prácticas sustentables en nuestras actividades diarias, como preferir productos reciclados y bolsas de género. Solo así, lograremos vivir en un ambiente libre de contaminación para nosotros y las futuras generaciones.