Día internacional del Síndrome de Down

Cada 21 de marzo se conmemora el Día Internacional del Síndrome de Down, condición genética que en nuestro país afecta a 1 de cada 300 nacidos vivos, cifra mucho mayor que el promedio en el continente, que corresponde a 1 de cada 600 a 700 nacidos vivos, según el estudio colaborativo latinoamericano de malformaciones congénitas (ECLAMC).

Esto demanda la necesaria formación  de equipos de profesionales capacitados en el abordaje multi e interdisciplinario para la atención de las personas con síndrome de Down, desde los primeros días de vida de los niños o niñas que nacen con esta condición.

La fonoaudiología es una de las disciplinas que necesariamente deben ser parte de los equipos de trabajo, tanto en salud como educación. Su labor comienza incluso desde el embarazo, realizando orientación y consejería familiar respecto a los cuidados a considerar durante el futuro proceso de alimentación y/o entregando información sobre la relevancia de la intervención temprana.

Desde el momento de nacer, se debe hacer hincapié en el proceso de amamantamiento, promoviendo la técnica correcta que favorezca las funciones orofaciales como la succión y deglución, potenciando el desarrollo de conductas  y habilidades comunicativas tempranas e intencionar el fomento del  lenguaje comprensivo y expresivo de manera lúdica.  El objetivo es incidir positivamente en las áreas del  desarrollo infantil y evitar posibles rezagos, aprovechando las potencialidades  y capacidades que tienen los niños y niñas con síndrome de Down, las que son similares a todos los otros niños, pero que deben ser tempranamente intervenidas.

Posteriormente, el acompañamiento del profesional fonoaudiólogo al niño o niña portador  de la trisomía del par 21, se acentúa hacia el desarrollo de habilidades cognitivas y lingüísticas en la esfera receptiva y expresiva, lo que favorece la adquisición de vocabulario, la comprensión de instrucciones, la memoria visual, auditiva y de trabajo, así como también, la inteligibilidad de los enunciados.

Esto los prepara junto al equipo del ámbito educacional, para el aprendizaje de la lectoescritura, idealmente en el contexto de la educación regular, como es tendencia mundial en términos educativos. Las escuelas debiesen contar con profesores y profesionales de apoyo sensibilizados y capacitados, que hagan uso de diversas estrategias didácticas o metodologías de aula, al favorecer la adquisición de aprendizajes considerando la diversidad.

Como país hemos recorrido bastante camino en pos de la concientización sobre la participación y  requerimientos de apoyo que presentan las personas con síndrome de Down, un trecho largo que ha avanzado desde la segregación hacia la integración. Sin embargo, para continuar hacia la inclusión, los profesionales debemos seguir perfeccionándonos en nuestras áreas, capacitándonos continuamente, compartiendo nuestros conocimientos con los otros miembros de los equipos de trabajo y dando respuesta efectiva a la necesidades actuales.

Debemos empaparnos de una cultura inclusiva, tanto educativa como laboral y social de la personas con síndrome de Down, objetivo o meta a cumplir en una sociedad de derechos, donde la fonoaudiología, bastante puede y tiene para aportar.