Contaminación acústica: del sonido al ruido
Mucho se habla de la contaminación acústica, pero ¿qué significa este término? Pues, hace referencia al ruido entendido como sonido excesivo y/o molesto, provocado por las actividades humanas tales como el tráfico, industrias, locales de diversión, aviones, barcos, entre otros.
La excesiva exposición a este tipo de contaminación trae consigo diversos efectos negativos para la salud, generando en los receptores una disminución importante de la capacidad auditiva y además, ocasionando la posibilidad de trastornos que van desde lo psicológico hasta lo fisiológico.
En Chile, la normativa legal establece niveles máximos de emisión de ruido de 55 decibeles durante el día (07:00 a 21:00 horas), 45 decibeles en la noche para zonas habitacionales (21:00 A 07:00 horas) y hasta 70 decibeles si se trata de zonas industriales.
Para lograr hacernos una idea más clara, una conversación tiene un promedio de 60 decibeles, una aspiradora produce 70, una motocicleta emite entre 100 y 110, y una discoteca genera alrededor de 120.
Y, ¿quién se encarga de fiscalizar que se cumplan los decibeles permitidos? La Superintendencia del Medio Ambiente (SMA) es el ente gubernamental que debe verificar y velar por el cumplimiento de las disposiciones, además de señalar si se han dictado programas de cumplimiento o sanciones.
Tras las manifestaciones de vecinos del sector Avenida Croacia, la SMA realizó mediciones que evidenciaron ruidos sobre los 68 decibeles durante prácticamente toda la semana, por lo que determinó la normativa correspondiente.
Igualmente, son los municipios del país los que tienen la facultad para regular los ruidos molestos por medio de ordenanzas municipales.