Las sedes de Viña del Mar, Santiago Centro, Talca, Curicó, y Chillán abordaron esta temática a través de seminario el cual contó con las ponencias y testimonios de profesionales del área.

El Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH) no solo afecta a hombres y mujeres por igual, sino que también a menores de edad. Un tema que desde el primer caso detectado en Chile en la década del 80 ha ido en aumento, pese a las políticas públicas que el Estado ha implementado para su prevención y erradicación, siendo hasta la fecha, estigmatizadas por gran parte de la sociedad.

Para abordar este tema, el Área de Ciencias Sociales de las sedes Viña del Mar, Santiago Centro, Talca, Curicó, y Chillán, respectivamente, se unieron para realizar el “Seminario VIH, radiografía de una realidad”. Todo esto, en el marco de los valores Sello Santo Tomás 2020 -Respeto e Inclusión-.

Jornada que se materializó con el objetivo de aportar al pensamiento crítico de los estudiantes frente a fenómenos presentes en el contexto que les rodea y que serán parte del desafío profesional, siendo una experiencia transformadora durante su proceso formativo.

Para ello se contó con la participación de profesionales del rubro social, quienes relataron su experiencia trabajando con personas que padecen VIH.

La primera ponencia estuvo a cargo de Carmen Gloria Vega Gómez, Matrona y encargada de programas y planes regionales de la SEREMI de Salud del Maule, quien se refirió a las normativas que involucran el Programa VIH-SIDA.

“Hoy, la constitución asegura a todas las personas el derecho a la protección en materia de salud, el que además se vincula con una serie de tratados internacionales. Esto, se traduce en que los sistemas público y privado se rigen por la misma normativa”, aseveró.

El primer caso

Fue en 1984 cuando se detectó el primer caso de Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA) en Chile. Tres años más tarde -1987- se crean las primeras normas para la aplicación de un programa de vigilancia epidemiológica del SIDA y del VIH.

Posteriormente en 2001, el Ministerio de Salud a través del Decreto Supremo 371, regula el procedimiento de examen para la detección del VIH, considerando la notificación obligatoria que debe realizarse, luego de la confirmación y entrega de resultados al paciente.

Al respecto, Carmen Gloria Vega aclaró que “la legislación vigente, instituida mediante la Ley 19.799, establece normas relativas al virus de Inmunodeficiencia Humana y crea una bonificación especial para enfermedades catastróficas, permitiendo el acceso a las terapias retrovirales, las que son financiadas por el Estado”.

“El reglamento para la detección del virus se encuentra establecido en el Decreto 182 del año 2005, donde se estipula que todos los exámenes que se realicen para VIH deben estar ajustados a la disposición de esta normativa, garantizando la confidencialidad”, precisó.

Finalmente, instó a la población “al autocuidado y educación en esta materia para de esta forma, evitar el contagio de esta y otras enfermedades de transmisión sexual”.

Según cifras entregadas por ONU SIDA, 38 millones de personas en el mundo viven con VIH, de las cuales 1,8 millones son menores de 18 años.

Durante 2019, 1,7 millones de personas contrajeron VIH a nivel mundial. En el caso de Chile, las estadísticas informan que el virus afecta a 71 mil personas. De ellas, el 87 por ciento se encuentra diagnosticada. En tanto, solo el 63,5 por ciento recibe tratamiento.

El rol social

Agustina Morales Ayala, trabajadora social, quien actualmente se desempeña en el Área de Consejería y Prevención de VIH-SIDA en la Fundación SAVIA, realizó la presentación “Una experiencia de Trabajo Social y VIH/SIDA”.

En la oportunidad, la profesional se refirió a su experiencia en el área de salud pública y los avances alcanzados en relación con esta temática desde el punto de vista social.

Proceso que desde 1994 a la fecha, le ha permitido ser artífice de una serie de proyectos relacionados con el apoyo y contención emocional tanto para quienes padecen esta enfermedad como a su entorno familiar.

Entre 2000 y 2005 participó en una serie de proyectos de gestión que dio paso a la instalación de la Mesa Inter Suroriente de Prevención del VIH/SIDA, compuesta por diversas organizaciones. “Muchas de estas iniciativas se mantienen hasta la fecha, lo que ha permitido colocar este tema en la población, evaluar proyectos e intercambiar experiencias y mejorar la capacidad técnica y de gestión de los servicios de salud”, explicó.

Desde 2014 Agustina Morales forma parte del Observatorio de Políticas Públicas de Fundación SAVIA, ONG sin fines de lucro que trabaja desde la perspectiva de los derechos humanos, promoviendo el respeto y la no discriminación. “Promovemos la participamos y buscamos contribuir a la actualización y mejoramiento de dichas políticas por medio de las voces de sus usuarios”, indicó.

Puntualizó que “pensamos que es muy relevante incorporar la voz de la comunidad. Debemos hacer prevención desde los aspectos que resultan de interés para las personas, mediante la prevención y educación sexual, promoviendo el sexo seguro”.

“El rol de los trabajadores sociales en torno al VIH debe ir acompañado de una visión integral del ser humano, ya que las personas requieren escucha activa, contención, información y derivación a las redes de apoyo, garantizando confidencialidad y respeto de sus decisiones”, acotó.

Vivir con VIH

La última parte del seminario estuvo a cargo de Susana Unzaga Orellana, trabajadora social que padece VIH, cuya  historia de vida y aprendizaje en torno a esta enfermedad dio cuenta de la importancia que reviste el apoyo y contención por parte del entorno para enfrentar este proceso.

“A los 25 años, me enteré de que mi expareja con la que estuve durante tres años tenía VIH. Fue muy doloroso el enterarme de esta noticia. Luego de dimensionar la magnitud de la situación, me acerqué a una corporación y me realicé el examen”.

Manifestó que “lo primero que sentí tras ser notificada fue rabia y culpa por lo que estaba viviendo, ya que en aquellos años no había acceso a medicamentos como ahora. Sin duda, los primeros años fueron muy difíciles, traduciéndose en una depresión donde no quería que nadie supiera de lo que estaba viviendo. No obstante, y luego de un tiempo me armé de valor y hablé con mi familia, lo que me permitió liberarme en parte de esta carga que llevaba”.

“Una de las cosas que más me ha ayudado es escuchar a otras mujeres que se encuentran en la misma situación, permitiéndome salir adelante. El tema de la discriminación y la falta de información es grave. Necesitamos derribar los mitos. Como mujeres viviendo con VIH estamos expuestas a muchas situaciones de esta índole, entre ellas la violencia de pareja”, explicó.

Susana es enfática a la hora de pedir ayuda, al precisar que “necesitamos programas especializadas para las mujeres. Hoy hablo desde mi experiencia y la de mis compañeras, quienes en algunos casos no han tenido la posibilidad de salir adelante y se ven obligadas a vivir con esta enfermedad”.

“La sexualidad es parte de la vida. No obstante, ese esencial que sepamos cuidarnos y adoptar las medidas respectivas”, concluyó.

Cabe mencionar que “VIH, radiografía de una realidad” contó además con la participación de Pamela Castro Araya, Directora General Académica IP-CFT Santo Tomás, Maribel Pérez Gallardo, Directora Nacional Área Ciencias Sociales, rectores, directores, académicos, alumnos y público en general.