Loreto Luna: “El Trabajo Social te permite sentir en primera persona los problemas de la gente”

La Trabajadora Social de Santo Tomás Concepción, Magister en Familia y Sociedad y actual docente de la institución tiene un fuerte compromiso social y comunitario que ha marcado su carrera profesional.

Fue tras una experiencia que tuvo a los 17 años, como voluntaria en un hogar de menores, lo que llevó a Loreto Luna a estudiar Trabajo Social, donde pudiera tener contacto directo con las personas, apoyando su bienestar y sintiendo la satisfacción de poder ayudar a otros.

Y son varios los ámbitos donde ha podido desempeñarse como profesional, ya que una vez egresada trabajó en el área de familia e infancia, luego en salud mental, particularmente vinculándose con personas en rehabilitación de drogas; personas en situación de calle y hoy, comparte su tiempo como académica trabajando junto a una red de agrupaciones comunitarias de la región en un programa del Hogar de Cristo, llamado “Acción Solidaria”.

Trabajando durante la pandemia

El trabajo de Loreto desde el Hogar de Cristo, que durante la pandemia ha sido en su mayoría remoto, se ha enfocado en poner en funcionamiento espacios que se han convertido en ollas comunes destinados a familias completas que no tienen otra manera de alimentarse, además de activar redes de apoyo y facilitar protocolos que permitan desarrollar un correcto trabajo comunitario, en tiempos de pandemia. Lo anterior, sumado a campañas de recolección de útiles de aseo, equipamiento de protección personal, entrega de canastas de alimentos

De su experiencia en esta propuesta, Loreto destaca la posibilidad de reencantarse con su carrera y con el trabajo comunitario. “La base de lo que hacemos en Acción Solidaria es el trabajo colaborativo y  la confianza entre personas. Presenciar la relevancia del trabajo que realizan, sobre todo en estos tiempos de pandemia, donde debo reconocer el rol protagónico que tiene y cómo su compromiso social va por sobre cualquier situación de crisis. Trabajar con ellos, es una labor que te llena el alma, que invita a ser agradecida con la vida y a valorar lo simple, pero fundamental de la vida”, sostiene.

Docencia y vocación

Además de lo anterior, y complementando su formación profesional, Loreto cursó el Magister en Familia y Sociedad, el cual, explica, le entregó herramientas de intervención social en el ámbito familiar, como del área investigativa de tipo cualitativas y cuantitativas, permitiéndole desempeñarse como docente en educación superior hace dos años, impartiendo asignaturas para carreras de Trabajo Social y Servicio Social en Santo Tomás Concepción, y en otra casa de estudios superiores.

“Ser docente ha sido una experiencia desafiante, para la cual me he capacitado bastante, ya que es una responsabilidad muy grande proporcionar tus conocimientos a otros. Sin embargo, ha sido muy gratificante hacer clases, sobre todo cuando los estudiantes son comprometidos con sus aprendizajes”, explica Loreto.

Como docente, y en un año especialmente complejo desde muchos puntos de vista, Loreto explica que la idea es transmitir un sello humano e incentivar la reflexión, así como valorar y respetar a las personas. “Me gusta escuchar a mis estudiantes, brindar la confianza necesaria para que ellos expresen lo que piensan y sienten. Desde ahí los invito a reflexionar y ser protagonistas y conscientes de sus aprendizajes. Este año el desafío ha sido por una parte cambiar el paradigma de las clases presenciales por la clases sincrónicas, pero el desafío mayor es lograr establecer y  mantener un vínculo pedagógico a distancia”.

El Trabajo Social, comenta, es mucho más que una “linda carrera”, es una profesión que te permite ver y sentir en primera persona los problemas sociales como la pobreza, la desigualdad, el abandono, entre tantas otras, lo cual no siempre es fácil de sobrellevar, pero el ser un pequeño aporte para las personas que viven cada día este tipo de problemas o conocer al menos una historia de superación, te llena el alma y le da sentido a esta profesión, concluye.