#AccionesqueTransforman

Ingrid Ramírez, alumna de Psicopedagogía: “Todos tienen derecho a ser escuchados, a aprender y a ser mejores cada día”

Por iniciativa propia decidió iniciar una verdadera cruzada y ocupar parte de su tiempo en apoyar como voluntaria a un compañero con discapacidad. Todo ello con el fin de otorgarle una mejor oportunidad de ser exitoso en su paso por la educación superior.

Cuando existe vocación no hay nada que detenga a las personas para alcanzar sus sueños y realizarse en el ámbito profesional, tal como le ocurrió a Ingrid Ramírez, quien a sus 47 años cursa el 5° semestre de la carrera de Psicopedagogía en el Instituto Profesional Santo Tomás Talca y en medio de sus responsabilidad académicas, además se ha hecho el tiempo para ayudar de forma voluntaria a un compañero con discapacidad.

Ingrid es oriunda de la ciudad de Talca donde vive junto a sus padres, ha sido miembro de distintos conjuntos folclóricos por más de 25 años y actualmente se desempeña como profesora de folclor en la Escuela Santa Teresita de Talca, a lo que suma haber dedicado al menos 15 años de su vida al cuidado de sus sobrinos.

¿Por qué elegiste la carrera de Psicopedagogía y por qué en Santo Tomás?

“Elegí la carrera de Psicopedagogía porque siempre he sentido la necesidad de ayudar a los niños en el ámbito educacional, en sus problemas de comprensión en las tareas, por ejemplo, ya que al cuidar a mis sobrinos los ayudaba con sus tareas. Elegí Santo Tomás porque encontré una buena alternativa de enseñanza, por los valores que imparten, además después de la entrevista con la jefa de carrera (por su ayuda en responder dudas y por su paciencia y amor en lo que hace), me quedó más que claro que quería estudiar en esta institución”.

¿Cómo han sido estos años de formación profesional?

“Con altos y bajos especialmente en el ámbito personal, después de pasar tanto tiempo sin estudiar, me costó mucho decidirme en hacerlo, pero gracias a Dios aquí estoy, los profesores han sido excelentes en la formación de profesionales y además en la formación personal, tanto de profesores como de administrativos he tenido ayuda”.

¿Por qué decidiste ser voluntaria en el apoyo de alumnos con discapacidad?

“Por mi experiencia de vida, sé qué se siente al ser ignorado, frustrado, burlado desde los profesores, compañeros o incluso por la sociedad, especialmente cuando no puede o le cuesta comprender una materia, porque su proceso de comprensión es más lenta que los demás, o simplemente porque el profesor no  sabe explicar la materia porque no tiene las herramientas necesarias o simplemente  no tiene la paciencia para hacerlo, tantos factores que pueden influir en un niño con discapacidad, lamentablemente esta sociedad está preparada para que los alumnos sean perfectos y no se ve el gran dolor que se le impone a un niño  cuando no puede entender o comprender algo. Además, todos tienen derecho a ser escuchados, a aprender y a ser mejores cada día”. 

¿Cuál crees que puede ser tu aporte en este sentido?

“Ayudarles a sentir que vale la pena estudiar, que son importantes para esta sociedad, que no importa su condición; todos somos parte de esta sociedad y todos tienen derecho a ser mejores, tanto en el ámbito personal, como en el ámbito profesional”.

¿Cómo ha sido la experiencia de ayudar de forma desinteresada?

“Satisfactoria totalmente, especialmente cuando te das cuenta de que la persona a quien ayudas, aunque sea un granito de arena, lo logra comprender, piensas que algo en ti está yendo por un buen camino”.

¿Qué ha sido lo más difícil en esto?

“En términos generales aparte de la conexión, que es algo que afecta a todos y sale de nuestras manos, el hecho del poco tiempo que le damos a los niños para trabajar con ellos”.

¿Cuáles son tus proyecciones una vez que obtengas tu título profesional?

“Quiero trabajar en donde necesiten mi ayuda y mi cooperación”.

¿Qué mensaje darías a tus compañeros respecto al tema de los voluntariados y la ayuda a las demás personas que puedan necesitarlo?

“Tanto en el ámbito del estudio, como en la vida personal, estamos en este mundo por un propósito que es ayudar a quién lo necesite. Cuando brindamos ayuda y comprensión, es como un alimento para el alma tanto para nosotros como para la (as) persona (as) que reciben esta ayuda”.