Estudiantes de Santo Tomás Viña del Mar participarán en proyecto que mide efectividad de la meditación y el yoga para enfrentar el burnout

* Proyecto que involucra a las universidades Santo Tomás, Andrés Bello, Adolfo Ibáñez y Del Desarrollo, apunta a entregar herramientas para potenciar el bienestar de los alumnos y alumnas.

¿Se podrá combatir el burnout con meditación y yoga? Estudiantes de diversas carreras de Santo Tomás Viña del Mar recibieron la invitación a descubrirlo, sumándose a un proyecto interuniversitario que busca medir precisamente los efectos positivos que la práctica de la meditación puede provocar en su proceso de aprendizaje y, por ende, evitar el burnout.

Para esto, se realizó una jornada de sensibilización titulada «¿Qué es el burnout? y ¿Cómo afecta mi desempeño en el aprendizaje? meditación por yoga como propuesta para evitarlo», a cargo de Ricardo Ramírez, magíster en Psicobiología y Neurociencia cognitiva, doctor en Neurociencias e investigador de la Universidad Andrés Bello, institución que participa en este proyecto junto a Universidad Santo Tomás, Universidad Adolfo Ibáñez y Universidad del Desarrollo.

Ramírez, quien también es profesor de yoga y meditación, explicó que hace unos años se hizo un estudio similar que midió el burnout entre estudiantes de Medicina de la UNAB, pero el proyecto al que se invitó a participar a estudiantes de Santo Tomás Viña del Mar busca dar unos pasos más. No sólo se medirá el burnout, sino que los estudiantes aprenderán a practicar meditación durante dos meses, tras lo cual volverán a someterse a evaluaciones para definir si la práctica es útil para evitar el burnout y sus efectos negativos en el aprendizaje.

Burnout y meditación

El proyecto fue creado por Ricardo Ramírez junto a Joaquín Araya, académico de Tecnología Médica de UST Santiago, quienes luego involucraron a docentes de UAI y UDD. “Este proyecto lo armamos pensando en que meditar nos hace bien a todos y eso queremos registrarlo científicamente. No puede ser que uno salga enfermo de la universidad. No puede ser que el ejercicio de la profesión nos provoque enfermedad. Lo que queremos promover es que se necesita desarrollar el bienestar, ya sea a través de la meditación o de otra forma”, indicó.

“Durante la primera etapa de diagnóstico se hará una caracterización de la población en cuanto a rasgos de ansiedad, depresión, estrés, resiliencia y bienestar. Se hará un diagnóstico de burnout y una medición de las funciones cognitivas que son importantes para el aprendizaje. También vamos a medir fisiológicamente el cortisol y haremos mediciones electroencefalográficas. Todo esto se hará antes de la intervención de dos meses de práctica de meditación y se volverá a realizar después de ese periodo”, añadió.

Tras la primera etapa vendrán ocho semanas de práctica meditativa, con entrenamientos seis días a la semana. “La meditación no es magia, se debe entrenar. Los estudiantes obtendrán una herramienta para potenciar su bienestar, ese es el objetivo principal, aprenderán a meditar. Después está nuestro interés de demostrar científicamente los efectos de esta intervención. Nosotros creemos en la investigación y en la necesidad de reportar la evidencia”.

La diferencia con el estudio realizado anteriormente con estudiantes de Medicina es que en esa oportunidad sólo se midió el burnout, pero no su efecto cognitivo. Es decir, se hizo sólo la primera etapa del proyecto actual. “Datos sobre burnout hay muchos en Chile y el extranjero, pero hay poca información respecto a si altera algunas funciones mentales. En los últimos años la incorporación de la meditación en las universidades es un fenómeno que está ocurriendo, pero a mí me gusta pensar en que no debe aplicarse sólo cuando una persona está enferma, sino que debe apuntar a potenciar el bienestar”, finalizó Ramírez.