En Santo Tomás Viña del Mar se realizó la II Jornada de Ilustración, Divulgación y Comunicación de Ciencias de la Conservación

  • La actividad busca integrar distintos medios artísticos para mejorar la comunicación científica hacia la ciudadanía.

En el Aula magna de la sede Limonares de Santo Tomás Viña del Mar se realizó la II Jornada de Ilustración, Divulgación y Comunicación de Ciencias de la Conservación, actividad organizada por el Laboratorio de Conservación y Bienestar Humano (LAB CBH), con el apoyo del Centro de Investigación e Innovación para el Cambio Climático (CiiCC) de la Universidad Santo Tomás y el Instituto de Ecología y Biodiversidad. El objetivo de este evento fue continuar creando espacios de reflexión y conocimiento para integrar de manera efectiva el uso de la ilustración, la historieta y otros medios artísticos en la comunicación científica.

“Estamos en este desafío de tratar de motivar a la ciudadanía en la problemática de abordar la pérdida de biodiversidad y de los múltiples beneficios que entrega la naturaleza, entonces queremos debatir sobre las distintas formas de comunicar nuestra ciencia de manera atractiva, novedosa, que genere imaginación, para que llegue a más personas y podamos tomar acciones más efectivas para detener el deterioro de la pérdida de la biodiversidad”, explica María José Martínez, investigadora CiiC de Universidad Santo Tomás.

El LAB CBH estudia los vínculos entre la biodiversidad y las múltiples dimensiones del bienestar humano: material, económico, espiritual, mental, cultural y los procesos de toma de decisiones. Es un trabajo a largo plazo que busca finalmente acercar a la ciudadanía a la información científica.

Panelistas invitados

Entre los panelistas invitados estuvieron Manuela Erazo, coordinadora del proyecto GEF Gobernanza Marino Costera, y Francisco Araos, académico de la Universidad de Los Lagos, quien presentó un proyecto de conservación y monitoreo participativo en el Carelmapu.

Uno de los grandes problemas comunicacionales mencionados en esta actividad es la brecha entre el público y la divulgación científica. “Es complejo traspasar el lenguaje científico a un lenguaje abierto para audiencias generales porque en ese proceso nosotros como científicos no estamos formados para eso”, explica Bárbara Larraín, investigadora postdoctoral del LAB CBH. “La clave es ocupar las herramientas que tenemos disponibles como científicos, tenemos que hacer equipo, transdisciplina, hablar con otras personas que entiendan otro lenguaje y que nos ayuden a traducir este lenguaje de la ciencia. Ahí tenemos a Panchulei quien nos ayuda a transformar esta información del laboratorio que es bien complicada a formato súper accesible, con dibujos, con colores, con información concisa y precisa”.

Ilustración para divulgación científica

Panchulei es el alias de Francisca Cárcamo, ilustradora e historietista quien colabora con el Laboratorio en el diseño de piezas gráficas que ayudan en la divulgación científica.

“Me he tenido que poner a disposición de los científicos y especialistas para que me compartan sus conocimientos y poder aterrizar esa información, hacerla más sencilla y tratar de competir con esa inmediatez de las redes sociales, de los medios masivos, etc. Creo que es una lucha constante de tratar de tener ese espacio para ser llamativos y relevantes en un espacio que está invadido, entonces estas instancias para poder compartir saberes y quehaceres y reflexionar son súper importantes”, dice.

Entre los trabajos que ha realizado en colaboración con LAB CBH está “Historieta para la Naturaleza”, un registro gráfico en formato de cómic sobre la I Jornada de Ilustración, Divulgación y Comunicación de Ciencias de la Conservación que se efectuó el año pasado. Además, ha diseñado infografías participativas impresas en gran formato y que han sido compartidas en las comunidades. “En estos trabajos hemos tenido un buen feedback y nos han permitido crecer como equipo para entender de qué forma abordar la divulgación científica”, asegura.

Espacios de reflexión

Esta jornada contó con la participación de estudiantes, docentes, científicos y divulgadores de distintas comunas del país, quienes destacaron la importancia de generar estos espacios de reflexión.

“Trabajé en mi tesis con bienestar humano y este conversatorio apunta precisamente a eso, por eso quise participar. Me ha parecido todo súper bien, las discusiones que se han desarrollado se relacionan con lo que hemos hablado en la comunidad científica y no tan científica en la que me desenvuelvo y ha sido muy interesante. El desafío estará en ponerlo en práctica y espero poder llevarme más herramientas para los lugares donde trabajo”, dijo Tomás Soza, asistente e integrante de la Fundación Ngenko, que se dedica a la conservación de los ríos.