Dra. Pamela Caro es la nueva directora del Grupo de Estudio de Sociología y Ciencias de la Información de Fondecyt

La directora del Centro CIELO y académica de la Facultad de Ciencias Sociales y Comunicaciones de la UST, Pamela Caro, desde abril de 2021 dirigirá el Grupo de Estudio de Sociología del Programa Fondecyt de la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo, ANID.

Pamela Caro Molina es Trabajadora Social de la Pontificia Universidad Católica de Chile, magíster en Ciencias Sociales del Instituto Latinoamericano de Estudios Sociales (ILADES) y doctora en Estudios Americanos del Instituto de Estudios Avanzados de la Universidad de Santiago de Chile. Actualmente se desempeña como directora del Centro de Investigación y Estudios en Familia, Trabajo y Ciudadanía (CIELO) de la UST y como profesora titular de la Facultad de Ciencias Sociales y Comunicaciones de dicha casa de estudios. Desde abril de 2021 dirigirá, además, el Grupo de Estudio de Sociología y Ciencias de la Información del Programa Fondecyt. Conversamos con ella acerca del programa Fondecyt, un importante fondo de financiamiento a la investigación científica y tecnológica en el país, sobre su nuevo cargo, la proyección de su trabajo para el año 2021 y la brecha de género en las áreas de ciencias y tecnología.

“Integrar el grupo de estudio desde 2019 fue un reconocimiento a ciertas habilidades y capacidades para participar en la evaluación y en la conducción de la evaluación de los concursos Fondecyt; la propuesta de ser directora es un peldaño más”, cuenta la Dra. Caro.

Fondo Nacional de Desarrollo Científico y Tecnológico, Fondecyt

Fondecyt es un fondo de investigación científica tecnológica del Estado de Chile, cuyo objetivo es estimular y promover el desarrollo de investigación científica y tecnológica básica. Es el principal fondo de este tipo en el país. “Es la herramienta para hacer investigación en Chile”, comenta Pamela. “El sector privado prácticamente no financia investigación; el único fondo que hay hoy día para la investigación  básica está alojado en el concurso Fondecyt”, agrega. Con 40 años de existencia, Fondecyt ha financiado más de 16 mil proyectos de investigación con alto impacto en la comunidad científica y en la sociedad en general.

Existen 27 grupos de estudios del programa Fondecyt, conformados por destacados miembros de la comunidad científica y tecnológica, nombrados y renovados periódicamente por los Consejos Superiores de la ANID, y organizados administrativamente por la dirección del programa Fondecyt. La misión de los grupos de estudio es asesorar técnicamente a los Consejos Superiores de Ciencias en la selección de los proyectos que se presentan en cada concurso del programa Fondecyt, y de evaluar los informes académicos en ejecución, revisando reportes de avance e informes finales.

En su nuevo rol como directora del Grupo de Estudio de Sociología y Ciencias de la Información, Pamela Caro deberá dirigir la evaluación de los tres concursos Fondecyt existentes (Iniciación, Regular y Postdoctoral) y coordinar el seguimiento y cierre de los proyectos financiados.

“Es una doble sensación; por un lado, satisfacción por asumir una tarea importante, y por otro un gran sentido de responsabilidad por lo que implica”.

Enfoque de género

Pamela Caro ha centrado su trabajo en el diseño,  implementación y  evaluación de programas de intervención social con enfoque de género. Además cuenta con vasta experiencia en estudios sociales e investigación aplicada de carácter cualitativo y cuantitativo en pobreza, vulnerabilidad, exclusión social, liderazgo, ciudadanía y desarrollo sustentable. En el último tiempo ha publicado columnas sobre segregación educativa de niñas y mujeres y la invisibilización de las mujeres en la academia y la ciencia.

“El diagnóstico está más o menos claro: las niñas y las jóvenes no acceden en igual proporción a las áreas tecnológicas, como ingenierías o carreras vinculadas a las áreas del conocimiento de la Física y de las Ciencias Naturales. Sí acceden más a Salud, pero ahí también hay segregación en carreras que tienen que ver más con el servicio que con la dirección”, enfatiza.

Brecha de género en educación

Según cifras publicadas por ANID (ex Conicyt) en el documento Reporte de Género 2010-2020, aún persisten áreas con menor participación femenina, especialmente en las carreras de Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas, STEM por su sigla en inglés. Si bien el 51% de las matrículas de primer año de pregrado corresponden a mujeres, la mayor proporción de estas se distribuyen en áreas de Educación (83,4%) y Servicios Sociales (77,5%). La matrícula y titulación de mujeres en programas de doctorado fluctúa entre el 40% y 46%, mientras que la matrícula y titulación en programas de magister está alrededor del 50% (la cifra de titulación de mujeres en programas de magister aumentó de un 44% en 2009 a un 50% en 2018).

En cuanto a las convocatorias para financiamiento de la ANID, la participación de mujeres alcanza en promedio un 42% de las postulaciones admisibles de los últimos 10 años. Y aunque la participación de hombres y mujeres puede considerarse dentro del rango de paridad, el índice de masculinidad muestra que cada año, por cada postulación admisible de una mujer, hay 1.5 de hombres. Una mayor brecha de participación se encuentra en adjudicaciones de Ciencias Naturales, y destaca el caso de Ingeniería, donde se observa claramente una mayor adjudicación de hombres que de mujeres (416 y 121, respectivamente).

Entrevista 

  • Quisiera comenzar preguntándote cómo te tomaste este nombramiento. Llevas algún tiempo como miembro en el Grupo de Estudio de Sociología, pero ahora serás su directora ¿En cuánto cambiará tu rutina y qué sentimiento o emoción te trajo la noticia?

Llevo tres años como miembro del grupo de estudio, que varía en su composición. Hay entre 10, 12, 14 miembros, dependiendo del concurso. A mediados de enero la ejecutiva del grupo me preguntó si estaba interesada en asumir el cargo de directora por un año, y el 1 de febrero me comunicó que la dirección de Fondecyt confirmó mi nominación y ya es oficial. Fue una doble sensación; por un lado, satisfacción por asumir una tarea importante, y por otro un gran sentido de responsabilidad por lo que implica dirigir la evaluación de los tres concursos y coordinar el seguimiento y cierre de los proyectos, que es otra tarea que asume el grupo y que no es tan visible.

  • En relación con tu carrera académica en la Universidad Santo Tomás, a través de la docencia y como directora del Centro de Investigación CIELO, ¿Cómo influye tu nombramiento en tu labor como directora de Cielo?

La relación con mi carrera académica es directa. Desde los siete años que estoy en la Institución, ella ha observado el crecimiento que he tenido en la investigación básica. El primer proyecto que me adjudiqué como investigadora responsable fue estando en la UST, el 2014, que fue el Fondecyt Iniciación. Y me he adjudicado dos Regulares más, uno tras otro, el 2017 y ahora el 2020. Por lo tanto, ha habido una línea ascendente en la trayectoria de este tipo de investigación en Ciencias Sociales básicas. Integrar el grupo de estudio desde 2019 fue un reconocimiento también a ciertas habilidades y capacidades para participar en la evaluación y en la conducción de la evaluación del concurso; la propuesta de ser directora es un peldaño más.

  • ¿Y cómo crees que impacta en Santo Tomás?

Yo creo que es un factor de distinción a la comunidad a través de mi persona. El nombramiento, si bien no es a la Institución sino a la investigadora, igual tiene una adscripción a la Institución y eso impacta positivamente a la comunidad, tanto a la académica (docentes, autoridades), como a los estudiantes.

  • Con este nombramiento, entonces, se puede incentivar la participación de estudiantes en investigación

Claro, que los estudiantes sepan y se incentiven a desarrollar líneas de investigación. Pueden partir con sus tesis de pregrados, que es el primer ejercicio que hace cualquier persona. Nuestra universidad tiene un súper buen sistema de tesis de pregrado; la mayoría de los estudiantes las culmina a tiempo, se gradúan y obtienen el primer grado, que es de licenciatura. Que puedan mirar que hay un futuro en la investigación a través de la formación de postgrado, así como en la participación como estudiantes de pre o postgrado en los proyectos Fondecyt que dirigen académicos. En nuestro caso, nosotras somos tres investigadoras del Centro Cielo que hemos tenido tesistas de la universidad, de la carrera de Trabajo Social, y son tesistas de pregrado que han logrado publicar artículos y después entusiasmarse para hacer algún magister, que es el camino bien claro cuando hay interés en la investigación.

  • ¿Cómo observas las iniciativas de ANID para disminuir las brechas de género en la producción científica y tecnológica, como la Política de equidad de género 2017-2025? ¿Son suficientes o crees que es necesario avanzar más?

Yo creo que lo más relevante de los últimos años ha sido la creación del Ministerio de Ciencias, y eso genera muchas expectativas en la comunidad académica y científica, que es más bien una comunidad pequeña dentro del territorio nacional. La agenda que mencionaste, si bien está vigente, recientemente ANID hizo una consulta pública para poder dinamizar y reagendar las prioridades en materia de equidad de género para los siguientes años, y está en proceso de elaboración. La consulta pública ayuda a que sea un proceso más participativo.

Desde mi perspectiva, la acción más relevante sigue siendo en la primera infancia; de los 0 a los 7 años es cuando se forja de manera más sólida las percepciones culturales. Una agenda global de incentivo de las niñas hacia las carreras científico tecnológicas tiene que incluir a la primera infancia. No basta con intervenir las escuelas, los colegios, el medio educativo, también hay que intervenir los dispositivos culturales que, por ejemplo, están en la industria de la juguetería. Son súper invisibles, o sea, todos sabemos que la solidificación de los roles de género parte por el juego. Sigue habiendo perpetuación de los juguetes para niños y niñas; entren a un supermercado: va a estar lo rosado y lo celeste, todo lo vinculado a la repostería para las niñitas, eso sigue, se mantiene. Y los niños el avión, el auto, la pelota, con un mensaje súper claro de que tu futuro está en lo grande, en lo de afuera, en la aventura. Y en el caso de las niñas tu futuro está en lo doméstico, o el cuidado de los niños, en la muñeca. Entonces, la agenda del futuro tiene que incluir a la primera infancia que es la etapa de mayor porosidad del ser humano para poder adquirir los patrones culturales.

Estos patrones también influyen en la adultez, en el proceso de investigación. Tal vez habría que incluir políticas de mayor equidad en el cuidado de los niños, una paternidad y una maternidad totalmente compartida para que hombres y mujeres puedan seguir desarrollándose en la academia.

Se ha propuesto reconocer la desigual carga global y  entregar puntaje adicional a las mujeres para nivelar el acceso a las publicaciones científicas y a los mismos fondos concursables. La pandemia del COVID ha puesto en evidencia cómo se ha exacerbado la desigual distribución de la carga doméstica, mostrando la no corresponsabilidad. La propuesta es que cuando las mujeres postulen a fondos o a publicar en revistas científicas, se les otorge algún tipo de puntaje que permita nivelar esta desigualdad, porque es una desigualdad estructural. En Chile esto todavía no está. Y probablemente vaya a aparecer en esta consulta pública.

  • ¿Sientes que ha habido un avance y que hay optimismo con respecto a cómo van a seguir avanzando las cosas en cuanto a equidad en la postulación a fondos?

Eso tiene como una paradoja. Tengo la convicción de que esto es un cambio sin retorno, porque tiene que ver con la conciencia de las propias personas, y en este caso de las mujeres que están en ciencias. Las que ya entraron no van a retroceder. Y ahí tengo el respaldo teórico y de los procesos que se han vivido en otros países del mundo. Por ejemplo, si hoy hay 5 rectoras mujeres dentro de las universidades del sistema chileno, es probable que eso no retroceda. Pero la paradoja es que el cambio es lento, y de repente hay estancamientos, entonces creo que hay que estar con los ojos permanentemente abiertos. Es un optimismo moderado; que permita estar permanentemente en alerta frente a procesos de estancamiento o retroceso.