En una era en la que cada vez más personas adoptan un estilo de vida saludable, la búsqueda de alternativas sanas de alimentación se vuelve fundamental. La expresión “sin azúcar añadida” es una frase que emerge como un distintivo que nos sugiere alternativas saludables al momento de comprar; sin embargo, estas palabras aparentemente tranquilizadoras no nos brindan toda la información que necesitamos saber cómo consumidores. Debemos completar el cuadro por nosotros mismos mirando el etiquetado nutricional de los productos que estamos considerando adquirir.

Muchos alimentos procesados ya contienen azúcar de manera natural, la que podría tener el mismo impacto en nuestra salud que los azúcares añadidos. Tomemos, por ejemplo, un jugo de naranjas que fácilmente se encuentra en el supermercado, etiquetado como “100% natural, sin azúcar añadida”. Estos jugos contienen aproximadamente 21.5 gramos de azúcar por porción de 250ml: sin azúcar añadida, aún es un golpe de azúcar que es consumida en corto tiempo, de esa que nuestro cuerpo absorbe rápidamente y que nos genera los nunca bien ponderados “peaks de glucosa”. En este caso, 21.5 gramos corresponden aproximadamente a 4 cucharaditas de azúcar, una cantidad no menor para un vaso de jugo y que ahora podría hacernos dudar sobre qué tan saludable es esta alternativa sin azúcar añadida, aunque sea elaborada a base de frutas. Se debe tener presente que cuando la fruta ha sido procesada pierde su valor nutricional.

En general, es una buena práctica evitar el consumo indiscriminado de alimentos procesados, incluso si han sido elaborados con lo que se consideran alimentos saludables. Al comer una naranja natural consumimos aproximadamente 15 gramos de azúcar, pero también consumimos fibra, numerosas vitaminas y minerales que sin duda convierten este alimento en uno que debe estar presente dentro de una dieta saludable. La fruta no procesada es más rica en nutrientes y su azúcar se digiere de manera diferente gracias a la presencia de fibra.

Existen otros descriptores que nos pueden orientar acerca del contenido de azúcar de un producto, tales como “libre”, que nos indica que no contiene azúcar en este caso, o bien “reducido”, lo que indica que la cantidad de azúcar del producto ha sido reducida; aunque se debe mencionar que esta reducción podría implicar la adición de endulzantes artificiales.

La invitación es a ir más allá de la frase “sin azúcar añadida”, optar por alimentos menos procesados y más ricos en nutrientes, lo que contribuirá a una dieta verdaderamente saludable.