Nuevos textos en diferentes contextos para una formación en Educación Física

MACHISMO, FEMINISMO, INCLUSIÓN, CULTURA, COLONIZACIÓN, SEXISTA, MISÓGINO, INMIGRANTES, PARADIGMA, FORMACIÓN HUMANA, CLASISTA, RACISTA... Son algunos de los nuevos conceptos que comienzan a aparecer en el día a día y en las relaciones humanas donde inevitablemente se entrelazan y se hacen presentes nuevas configuraciones de los procesos que interactúan y que perdurarán e irán configurando el futuro y la forma de interactuar entre las personas en la sociedad.

¿Estamos preparados para abordar cada uno de estos conceptos? ¿A qué nivel? ¿Con nuestras creencias? ¿Con sesgos? ¿Son considerados en la formación de este futuro profesor? ¿hay fundamentos teóricos que ayuden en este proceso?

Hoy con mayor frecuencia son parte de los nuevos textos y contextos en donde las acciones y el lenguaje crearán realidades.

Cuando se plantea la posibilidad de una formación en una Educación Física “Otra” se busca generar un análisis y una crisis critica al proceso de formación actual, entendiendo la importancia de la formación de futuros profesores que utilizarán el cuerpo/lenguaje y sus distintas manifestaciones para educar a otro. Cuando se indica “educar” se está en franca oposición con el acto de “instruir”, entendiéndose por este último, una acción que no supera el nivel de informativo (Linzmayer, 2016) en el cual el alumno o alumna se limita a reproducir movimiento y lenguajes sin contexto, sin posibilidades de modificar dicha reproducción, por lo que se transforma en un ser “no pensante, no sintiente y no empatizante”.

Esto es especialmente delicado en la Educación de nivel universitario, donde el objetivo primordial es formar en el sujeto un espíritu crítico, históricamente situado, capaz de producir su propio conocimiento y no sólo de replicar lo que le entregan sus profesores.

Esta “otra” Educación Física que se plantea, necesariamente nos lleva a aprender nuevos conceptos, nuevas formas de ver el mundo, nos obliga a cuestionar lo aprendido en el siglo XIX y XX, decolonizar nuestros pensamientos, certezas, conducta y reconocer que los niños y niñas del siglo XXI reclaman y esperan otra Educación Física. Una que los valore por lo que son capaces de desarrollar en sus mentes y sus espíritus, considerando y respetando su patrimonio cultural y no sólo por lo que sus cuerpos son capaces de ejecutar y replicar.