Marzo, con “M” de Mujeres
En el contexto de una nueva conmemoración del día internacional de las mujeres en Chile, el actual gobierno autodenominado feminista, enfatizará su compromiso de enfrentar la violencia contra las mujeres y promover regulaciones que, desde la agenda legislativa 2024, sigan avanzando en temas urgentes, tales como la instalación del sistema para el pago efectivo de pensiones de alimentos, que históricamente afecta no solo a muchas a muchas madres y cuidadoras, feminizando la pobreza, sino también a sus hijos e hijas, fragilizando su bienestar físico, psicológico y social.
Según lo ha declarado la ministra Antonia Orellana, cuatro son las prioridades para 2024: el pago efectivo de las deudas de pensiones de alimentos; la aprobación del proyecto de ley para prevenir, sancionar y erradicar la violencia en contra de las mujeres; el proyecto de sociedad conyugal y el fortalecimiento del SernamEG. Dentro de estas constituye una urgencia la discusión y aprobación del proyecto de ley para prevenir, sancionar y erradicar la violencia en contra de las mujeres. Iniciativa que busca garantizar el cumplimiento de medidas cautelares, reconocer todas las formas de violencia, tales como la obstétrica, y ampliar el delito de violencia intrafamiliar a relaciones sin convivencia, como el pololeo. También busca incluir a hijos e hijas como eventuales víctimas de las secuelas que pueden dejar diferentes tipos de violencia.
La violencia en todas sus formas: física, psicológica, simbólica, económica, entre otras, es la raíz que origina las condiciones de desigualdad entre hombres y mujeres, expresada en relaciones de poder que discriminan, subyugan, maltratan y cosifican a las mujeres, impidiendo que puedan desarrollar todas sus posibilidades de agenciamiento, en los mundos público y privado. Por ello el trabajo social está interpelado, implicado y complicado en incorporar la reflexión ético-política que se comprometa con el reconocimiento de derechos y colabore en el cuestionamiento y la deconstrucción de mandatos de género patriarcales. Esto con el fin de promover, acompañar y atravesar en conjunto con otras redes de colaboración, procesos de emancipación que permitan a las mujeres que no pueden hacerlo por sí solas, romper con las inequidades sociales y estructurales que las oprimen a ellas mismas y a sus hijos e hijas.
Marzo con «M» de Mujeres urge por erradicar la violencia, promover la igualdad de género, la conciliación familia-trabajo y comprender que el cuidado personal y económico de nuestras hijas e hijos, no es solo un tema de mujeres y madres. Que el regreso a la escuela y a la universidad sean tiempos de alegría y no de endeudamiento y pobreza femenina.