Mucho se ha hablado en estos días de confinamiento obligado, sobre la necesidad de buscar mecanismos para hacer más llevadera esta situación de encierro tan agobiante, en especial si se considera que las viviendas, en general, cuentan con pocos espacios.

Esta necesidad de alivianar el ambiente en estos momentos se hace aún más necesario si se toma en cuenta que niños y niñas, al no poder asistir a la escuela, están sin una actividad física sistemática, lo que entre cosas repercute no solo en su bienestar físico, sino que también en lo emocional y cognitivo.

En tal sentido, y como ya se sabe hace mucho tiempo, al realizar actividad física el cuerpo humano libera hormonas llamadas endorfinas, también conocidas como las hormonas de la felicidad, que ayudan a mejorar el estado de ánimo, la motivación y así poder tener un descanso reparador.

Por lo anterior, creemos que, desde la Educación Física, se puede contribuir en algo a aliviar estos momentos por lo que, si la familia se logra organizar durante el día, se pueden generar actividades sencillas de no más de 30 minutos, a una intensidad media a moderada.

Se pueden utilizar elementos propios de una casa, como sillas, palos de escoba, bidones, bolsas de arroz o similares, o el propio peso corporal, entre otros elementos de fácil acceso.

Tanto niños como apoderados pueden pedir a sus profesores de Educación Física sugerencias de rutinas de ejercicios con estos elementos u otros, o simplemente buscarlas en Internet donde hoy abunda mucho material en este sentido.

Es importante recordar a los padres y apoderados que la actividad física es una necesidad para el desarrollo integral de un ser humano, por lo que se hace necesario acompañar a sus hijos para generar este hábito. Aprovechen el tiempo de cuarentena para generarlo y consolidarlo.