Desde la conciencia de lo que no hacemos consciente

Desde este momento les invito a la reflexión profunda de nuestros simbolismos culturales, desde la definición de nuestros actos mediados por sentimientos, pensamientos y costumbres.

Decirnos solidarios no nos hace solidarios, decir que somos un país que acoge no nos hace acogedores, por ejemplo, con la población de inmigrantes. Decimos y creemos que somos un país abierto de mente, para recibir a la persona extranjera que requiere ayuda para iniciar un nuevo proyecto de vida, pero no nos movemos ni un milímetro de nuestra zona de comodidad.

Está bien y “es lindo” ser solidario, pero ¿quién realmente ha hecho algo por la población extranjera? ¿Cuántos de nosotros ha hecho un acto de amor por el prójimo y se ha acercado a saber sobre sus necesidades? Nos escudamos en que primero debemos apoyarnos entre los chilenos, pero acaso ¿no hemos tenido ya suficiente tiempo para ayudarnos? ¿no hemos construido un país que ofrece oportunidades?, claro que sí, y no las hemos aprovechado, se nos han ido de las manos.

Hoy día podemos darle un nuevo significado a la solidaridad, podemos movilizar recursos para apoyar a otros, sin desmedro de apoyar a nuestra propia comunidad. Solo requiere quizás un esfuerzo mayor, entender nuevas culturas es parte de nuestro deber moral porque ya forman parte de nuestra comunidad. No pongamos más barreras de las que ya han encontrado en sus propios países, se han arriesgado, se han desarraigado para venir con grandes expectativas a un mejor lugar donde vivir, y ese es nuestro país.

En estas fiestas patrias en que nos celebramos como país, celebremos la diversidad, la oportunidad de construir un mejor futuro en una comunidad que tiene mucho por entregar, integremos voluntades, construyamos nuevas realidades, repensemos nuestro actuar, podemos cambiar lo que somos para un mejor y más amplio sentido de vida para nuestros niños, niñas y jóvenes. Les invito como adultos, a dar el ejemplo a las nuevas generaciones, necesitan saber que somos seres capaces de entregar solidaridad verdadera y certera, acorde a las necesidades de cada persona.

La realidad no es la misma que hace 20 o 10 años incluso, es mucho mejor, más entretenida y desafiante, es una invitación a crecer, compartir y demostrar lo mucho que queremos “en Chile al amigo cuando es forastero”.

¡Viva Chile! Y felices fiestas para todos los que viven en este bello país.