¿Cómo nos comunicamos a través de la mascarilla?
Sin duda la mascarilla es hoy un artículo absolutamente imprescindible y necesario, tanto, que es extraño y peligroso ver a alguien en la calle o en lugares públicos sin ella.
Esta nueva forma de relacionarlos a través de las mascarillas implicó acostumbrarnos a una nueva forma de comunicación y de semiótica, ya que no tenemos todos los rasgos faciales a disposición a la hora de establecer comunicaciones no verbales.
Pero, como el ser humano se adapta a todo, también hemos ido logrando una comunicación distinta a pesar de tener la mayor parte de nuestra cara tapada. Ahora reconocemos a las personas por su tono de voz, sus accesorios, su contextura o leemos la mirada que nos sonríe. Debemos utilizar una multiplicidad de otros detalles que no son los faciales para reconocer y decodificar quién está al frente.
En estos nuevos códigos, la mascarilla toma un rol fundamental y marca muchas veces una declaración de principios fundamentales, no sólo a través de su diseño y forma, sino a través de los múltiples mensajes que en ella vemos reflejados.
Así, muchas empresas o instituciones ostentan sus propias mascarillas con marca o colores característicos, pero también diversas ideologías o consignas han sido puestas al servicio de estas.
Si bien algunas de las mascarillas estuvieron prohibidas en los lugares de votación recientemente utilizados, ya son parte del paisaje propio y urbano, con diseños, letras, colores y escritos que marcan nuestra manera de ser y de pensar.
Esta es una muestra más de cómo nuestra especie se adapta y adquiere formas de comunicación diversas e innovadoras, con los recursos que uno posee. Es un reconocimiento más a lo gregarios e interconectados que seguimos estando, a pesar de todo.