Escuela de Kinesiología hace positiva evaluación de su rol en Programa Dismovilizados de Cesfam Marco Maldonado

Trabajo con pacientes y cuidadores ha tenido muy buenos resultados en sus primeros meses de funcionamiento.

Cerca de cuatro meses lleva la Escuela de Kinesiología de UST Viña del Mar participando en el Programa Dismovilizados del Cesfam Dr. Marco Maldonado, instancia en la cual los alumnos de internado tienen la oportunidad de atender a pacientes en sus propios hogares. Y hasta el momento, los resultados han sido absolutamente positivos tanto para los estudiantes como para los pacientes y sus cuidadores.

Según explica la docente guía, Marisel Díaz, algo destacable es que los alumnos han logrado sortear con éxito las dificultades que implica atender a pacientes fuera de un centro de salud. “Hay que modificar la estrategia de trabajo porque esto es muy distinto a ver pacientes en la clínica kinésica o en un centro de salud. Acá hay que entrar a un lugar ajeno, ver qué se puede usar, qué elementos hay disponible en la casa, ver si los familiares están dispuestos a ayudar, etcétera”, señala.

De hecho, la docente cuenta que el término del trabajo con la primera rotativa de alumnos “fue muy emocionante. Todos los pacientes lloraron y nos contagiaron esa pena, pero aunque nos gustaría seguir guiándolos, debemos ir cambiando para trabajar con más gente porque la idea es estar un tiempo con ellos, educarlos, pero que no sean dependientes de nosotros. Lo que pasa es que algunos se acostumbraron a nuestra compañía, porque antes este programa contemplaba la presencia de un kinesiólogo apenas una vez al año”.

Trabajo con cuidadores de pacientes dismovilizados

Si bien no era una meta acelerar la recuperación de los dismovilizados severos, en el caso de los dismovilizados moderados sí se constataron avances gracias a la presencia constante de los estudiantes de Kinesiología. Y en ambos grupos se ha logrado desarrollar un buen trabajo de asesoría con sus cuidadores.

“Hace pocos días hicimos un taller de apoyo al cuidador, que estuvo a cargo de los alumnos Maximiliano Zenteno y Jesús Cisternas, donde se indicó la mejor forma de tratar al paciente, de evitar úlceras por presión, de realizar movilizaciones, etcétera. Notamos que ellos no sabían mucho de transferencias y posicionamientos ni que podían usar elementos tan comunes como almohadas, cojines y toallas para realizar estas técnicas”, indicó Marisel Díaz.

Respecto a ese punto, la académica añade que “hay pacientes que tienen una muy buena red de apoyo, una familia comprometida que a veces por desconocimiento no sabe cómo ayudar. Ahí hemos intervenido nosotros para entregar consejos y estrategias que han sido muy bien valoradas, de acuerdo a las encuestas de satisfacción que hemos realizado”.