Hoy en día se exige sustentabilidad ambiental en todas las obras

Sismos: La causa de las construcciones antisísmicas en Chile

El pasado martes la ciudad de México vivió uno de los peores movimientos telúricos de la historia, dos horas después de haberse realizado un simulacro en conmemoración a los veintiún años del poderoso terremoto de 1985, uno de los más significativos y mortíferos escrito en la historia de dicho país.

Hoy sin lugar a dudas la historia se repite y con mayor fuerza, el sismo de magnitud 7,1 grados en la escala de Richter es el segundo temblor que se registra en menos de dos semanas. El jueves 7 de septiembre un violento temblor de magnitud 8,2 azotó la costa del pacífico mexicano con epicentro en las costas Chiapas y Oaxaca convirtiéndose así en el sismo más fuerte en los últimos cien años en territorio mexicano.

En las tareas de rescate se han sumado cientos de ciudadanos, socorristas y miles de militares para buscar en silencio a aquellos que aún siguen con vida bajo los escombros. Algunos líderes de países alrededor del mundo expresaron su solidaridad y apoyo con la asistencia de equipos  especializados, entre ellos, un grupo de 18 voluntarios rescatistas de Topos Chile, dos de ellos de la Región del Biobío, para trabajar arduamente durante 15 días o más en las labores de búsqueda y rescate de personas atrapadas entre los restos de los 45 edificios que colapsaron.

Con estos acontecimientos, vale la pena preguntarse por qué algunos edificios se derrumbaron y otros no. Aunque suele ser un episodio común que se repite en cada sismo, existen movimientos que se sienten distintos en ciertos puntos de la ciudad, la razón principal es que gran parte de la zona central de la ciudad de México se encuentra situada bajo sedimentos de lagos muy antiguos.

Expertos relataron para BBC Mundo que existen tres tipos de suelos en la capital mexicana, uno de transición donde los impactos sísmicos aumentan, otro ubicado en regiones montañosas donde los movimientos telúricos pasan imperceptibles. Por último, los suelos blandos que particularmente tienden a recibir vibraciones de mayor fuerza y más tiempo.

Balance

Un año más tarde de que el terremoto de 1985 arrasara con más de treinta mil edificios en México, el gobierno implementó un reglamento de construcción que aún sigue renovándose para garantizar la seguridad de una ciudad vulnerable de estos eventos sísmicos tan importantes.

Aunque los terremotos han sido una constante en la historia de Chile, existen episodios que todavía la mayoría de los chilenos no pueden olvidar, como la noche del 27 de febrero del año 2010 que provocó que la fuerza de la naturaleza destruyera parcialmente infraestructuras construidas con hormigón armado y viviendas livianas.

¿Por qué Chile resiste tan bien los daños causados por los terremotos?

El país resiste a estos eventos telúricos porque se respetan las normas constructivas de manera estricta y porque la estructura de las edificaciones se refuerzan más en Chile que en otras partes del mundo. Además, la economía permite que el país se levante y se reconstruyan infraestructuras de forma rápida, segura y organizada, capaces de soportar movimientos telúricos significativos sin casi ninguna pérdida material o humana.

Por lo tanto, la manera en la que se construye actualmente es totalmente diferente a como se hacía aproximadamente treinta años atrás. Así lo afirma Fernando Mena, asesor técnico de Cementos Biobío. “Anteriormente se fabricaba más del 80% del hormigón que se usaba para construir, hoy en día no es necesario preocuparse por esto, ya que en las construcciones modernas se utiliza más de un 90% de hormigón premezclado”.

El asesor técnico señala también que la norma NCh170 que regula el comportamiento y uso de este material de construcción “Hormigón” entró en vigencia en el mes de septiembre, y  la transcendencia de este cuerpo normativo son importantísimas en el ámbito de los hormigones, ya que todos los hormigones que se fabriquen y se utilicen para construir tienen que cumplir con los requerimientos establecidos por esta norma.

“Hoy en día se exige sustentabilidad ambiental y durabilidad en todas las obras, por ello los materiales tienen que irse adaptando a estas condiciones”, puntualiza.

De manera que, en la nueva norma se han incorporado procesos más tecnificados en el ámbito de colocar, compactar y curar el hormigón, principalmente porque se busca que las edificaciones tengan mayor durabilidad y resistencia. De hecho, expertos coinciden en que la clave está en la estructura de hormigón y acero, ya que estos materiales deben ser lo suficientemente flexibles y resistentes para que el edificio se mueva, se balancee y no se caiga ante un terremoto.

 “La razón agua-cemento desde el punto de vista del hormigón pierde importancia en la nueva normativa. Con los avances tecnológicos lo más importante es medir el desempeño del hormigón, que sea impermeable para que las estructuras sean más durables”, señala.

A pesar de que no existe riesgo cero y la población ha aprendido a comportarse ante este tipo de catástrofes, existe un desafío muy grande para la ingeniería moderna. Christian Zagal, Director del Área Construcción y Topografía del Instituto Profesional Santo Tomás Sede Concepción, afirma que la diferencia entre estar en un terremoto y estar en un desastre, depende del nivel de preparación que tenga la población para sobrevivir a este tipo de acontecimientos, sobretodo cuando se trata de un evento tan impredecible.

¿Qué tipos de suelos y estructuras suelen ser más susceptibles a sufrir daños frente a un terremoto?

En el área de construcción no existen terrenos inadecuados o excelentes, solo suelos en los cuales se permite construir y que cumplen con lo especificado en un proyecto. Cuando el suelo no cumple con lo reglamentario se puede mejorar con otro tipo de suelo o bien con elementos que aumenten su capacidad de soporte.

Por ejemplo se pueden hincar pilotes, una solución que se realiza comúnmente en edificios de cierta altura, permitiendo con esto que el suelo soporte distintas cargas de una estructura de edificio o vivienda.

¿Qué características deben tener las construcciones para que sean lo más resistentes posibles?

En primer lugar los cimientos, pues son clave en la flexibilidad y resistencia de los edificios. Las fundaciones están en estricta relación con el tipo de suelo y las cargas de los pisos a soportar, así se evitará un colapso a futuro de la edificación. Otra característica a considerar es la simetría de la edificación, un edificio que no sea simétrico pudiera sufrir daños o el desplome del Edificio.

Para medir la resistencia del edificio es esencial contar con materiales de calidad que ayuden a mejorar la energía del movimiento sísmico, como por ejemplo la resistencia del hormigón armado.

¿Qué tipo de construcciones antisísmicas existen en el país?

La ingeniería en Chile, los métodos constructivos así como los materiales empleados en 2010 permitieron que saliéramos airosos de esta fuerza de la naturaleza. Después del terremoto se incorporó un cambio en la normativa con mecánica de suelos exigentes, disipadores de energía y hormigón armado. Un alto factor de seguridad en la cuantía de enfierradura hace de Chile un país a ser observado por nuestros vecinos en esta materia.

¿Qué técnicas antisísmicas se aplican en las construcciones actuales en Chile?

Una de las más conocidas corresponde a los disipadores de energía, estos permiten trasladar las ondas de un punto a otro de tal manera que se disminuye la fuerza del movimiento. A esto se agrega la aislación sísmica, que permite detener las ondas antes de la llegada a la estructura similar a un muro y hace que se evite su propagación.

¿Qué tipo de evaluaciones se realizan para determinar si una infraestructura puede sufrir graves daños?

Generalmente se realizan análisis experimentales a muros de hormigón armado con características similares a las de un proyecto real, a estas se le aplican cargas con la misma fuerza de un sismo, luego se evalúa el nivel de resistencia y el comportamiento de elementos estructurales como  cadenas, vigas, pilares, machones, etc.  Esto con el fin de validar los parámetros de seguridad como cuantía de enfierradura y calidad de los hormigones de la edificación. Cabe destacar, que a esto se suman ensayos de compresión, flexión y de elementos estructurales cíclicos.

Entonces, le corresponde al Ministerio de Vivienda y Urbanismo fiscalizar su correcta aplicación a la Dirección de Obra de las respectivas Municipalidades, a  través de los profesionales competentes en proyectos e inspecciones de Obra, ya que éstos son los que certifican ante estas direcciones que se cumple con lo establecido en la ley  General de Urbanismo y Construcción.