Conversatorio organizado por la carrera de Psicología de la UST Talca debatió sobre los desafíos de la disciplina en medio de la pandemia

Expertos expusieron cómo el trabajo ha debido ir adaptándose a las nuevas exigencias debido al COVID-19, entre lo que destaca la atención virtual de pacientes.

Con el objetivo de favorecer la discusión disciplinar respecto a los desafíos que plantea el contexto de pandemia por COVID-19, la carrera de Psicología de la Universidad Santo Tomás Talca realizó el 29 de julio el Conversatorio denominado “Lo que oculta la pandemia: procesos de subjetivación y virtualidad”, a través de la plataforma Microsoft Teams.

En este sentido, el jefe de carrera, Alejandro Chávez, explicó que desde hace un tiempo vienen trabajando en torno a los estudios del sujeto y las subjetividades contemporáneas, que tiene que ver en cómo el ser humano empieza a disponerse en torno a las políticas públicas, de salud, la mirada disciplinar y la contingencia específicamente.

“Analizamos cómo es que aparece allí un sujeto en última relación con los distintos escenarios que las contingencias van colocando y hoy aparece el tema de la pandemia y lo que arrastra. Las exposiciones que tuvimos se inscriben justamente en este escenario, desprendiendo desde la disciplina un análisis no solo del contexto asociado a la pandemia sino cómo esto también toca a la disciplina y la interpela y cómo es que se piensa también lo terapéutico desde allí”, explicó.

Los expositores de esta actividad fueron Rodrigo Morales, Psicólogo de la Pontificia Universidad Católica de Chile y Candidato a Doctor en Filosofía Moral y Política en la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad de Chile, con el tema “Inmunidad y Subjetivación frente al desafío de la comparecencia comunitaria”, y Lucio Gutiérrez, Psicólogo de la Pontificia Universidad Católica de Chile y Doctor en Psicoterapia de la Pontificia Universidad Católica de Chile, quien expuso el tema “Observaciones sobre el trabajo de apropiación de la presencia virtual”.

El jefe de carrera de Psicología puntualizó que este conversatorio se inscribe dentro de los márgenes de los estudios del sujeto/subjetivaciones contemporáneas. “Durante el último tiempo las ciencias sociales, y la disciplina psicológica, han venido desarrollando un creciente interés por los procesos de subjetivación que van tomando forma en la actual escena social, desde perspectivas que, distanciándose de supuestos cartesianos y representacionales, comprenden la subjetividad y subjetivación como un proceso cuya naturaleza es radicalmente social y discursiva”.

“En este escenario la contingencia social asociada a la pandemia y sus consecuencias en la vida de las personas resulta de gran interés. Específicamente el análisis de la situación bajo la mirada de la comunidad-inmunidad y de las posibilidades en plano de lo terapéutico que podamos esbozar, este último en un hábitat virtual”, indicó.

Los asistentes fueron en su mayoría estudiantes, sumado a académicos y representantes de instituciones colaboradoras de la carrera.

En su presentación Rodrigo Morales, hizo una especie de análisis social del desafío de lo que está ocurriendo con la pandemia a nivel bio político, de administración de la vida y de la muerte. Inicialmente explicó que lo que genera es una tendencia a protegernos y resguardarnos de cualquier aspecto que pudiera ser amenazante porque es una enfermedad que no podemos identificar claramente.

“A diferencia del modelo económico o del capitalismo flexible, la pandemia nos presenta una confrontación con una realidad que es impensable, es una confrontación con la muerte. Pareciera entonces que de pronto nos empezamos a tomar en serio esto, ha ido aumentando en la media que la muerte se iba asomando sobre nosotros y nos ha dado a todos una forma cuál origami. Los que viven solos se quedaron más solos, la gente se quedó encerrada en sus casas, los terapeutas empezaron a tener sus consultas vacías y nos empezamos a enfrentar a algo híper real”, señaló.

Morales agregó que la respuesta a esta pandemia será diferente dependiendo de qué pueblo sea el afectado, es decir, las diferencias en clases sociales, las diferencias raciales, de comunas y otras son relevantes en esto.

“Es como una pandemia paradojal cuyo pánico es que la enfermedad se meta en nuestras casas, pero pareciera que no lo hace de igual forma en todas las casas. Es como si la enfermedad de todos se transmutara en el pánico de algunos. La contracara obscena de la pandemia resulta entonces de que no es para todos igual, en cuanto más negamos esa contracara más fuerza toma esa paradoja y ejemplos de eso sobran. Sin duda esta es una pandemia de algunos”, puntualizó.

Por su parte Lucio Gutiérrez profundizó respecto a cómo ha cambiado y se ha articulado a partir del contexto de la pandemia, el escenario terapéutico que pasó de ser presencial a virtual, apareciendo en toda su magnitud la denominada teleterapia que se instaló cuando muchos profesionales debieron dejar de asistir a sus consultas, pero debieron responder a las necesidades de su pacientes que requerían seguir con sus terapias.

“Entonces nos instalamos en un marco seguro entre comillas, pero distintos y ajeno a lo que habían sido las relaciones hasta entonces y la mayoría optó por esto (Teleterapia). Tuvieron que pensar el marco de un tratamiento en una experiencia que para muchos hasta entonces era desconocida, que es la experiencia tele analítica o de teleterapia y con ella el asunto de la virtualización del paciente, de la virtualización del analista y la virtualización del encuadro, las condiciones regulares sobre las que se establece este proceso”, relató.

En este aspecto Gutiérrez aclaró que si bien muchos profesionales han debido adaptarse a esta virtualización de sus trabajos, ella no es igual para todos, lo que puede generar diversos problemas a raíz de esta modalidad de desempeño de labores.

“Hay oficios y profesiones que soportan de mejor manera esta virtualización. Un médico chequeando exámenes anda muy bien, por ejemplo. Pero otros sufren de los malestares subjetivos, ese algo perdido. Las organizaciones están revueltas, por una parte están implementando todo un nuevo marco de aprendizaje para el teletrabajo y por otra parte los equipos están padeciendo procesos de progresivo desgaste. Hay un algo que no termina de funcionar, que no permite que se limen las asperezas en los grupos. Los individuos trabajando virtualmente pierden su colchón relacional”, concluyó.