“Aunque nuestra cultura nos obliga a mostrar que somos exitosos, a veces hay que ver el vaso medio vacío”

En una sociedad donde “ser exitoso” parece ser el único objetivo permitido, reconocer los errores y los fracasos podría no ser una buena idea. Así lo entiende Macarena Salosny, coach internacional que llegó a Santo Tomás Viña del Mar para dictar el seminario “¡Supérate! Enfrentar las dificultades con otra mirada”, actividad organizada por el Círculo de Egresados. Apelando a sus propias experiencias personales, esta publicista de profesión intenta explicar que los tropiezos y las malas decisiones perfectamente pueden ser el punto de partida para avanzar en la vida.

Ante la disyuntiva de ver el vaso medio vacío o medio lleno frente a una dificultad, la expositora sorprende al señalar que –aunque parezca un ejemplo claro de pesimismo- no es descabellado optar por ver el vaso medio vacío. Esa postura nos permitiría volver a comenzar y no repetir los mismos errores.

“Eso hace referencia a que muchas veces las personas desconocen los errores que han cometido o sus malas decisiones. La columna vertebral de esta charla tiene que ver con eso, con que las malas decisiones son las que nos permiten avanzar,  nos dan energías, conocimientos, habilidades y  experiencias para  tomar buenas decisiones en el futuro”, señala Salosny, añadiendo que “también en la medida que reconocemos que a veces el vaso está medio vacío, vamos a poder reconocer qué es lo que necesitamos para ir llenándolo”.

La cultura del éxito

La expositora sabe que este discurso no es muy popular en una sociedad como la chilena. “Pienso que nuestra cultura está súper orientada al éxito, a ser exitoso y mostrarle a los demás que eres exitoso, pero uno debería contar los errores que cometió, no solo con humildad, sino que incluso con orgullo. Hacerlo te da poder sobre esos errores, porque en la medida que tú los verbalizas, haces un reencuadre y ya no son errores que te castigan, sino que son errores que te dan la opción de aprender a partir de ellos. Puede ser el mejor puntapié inicial para comenzar a vivir la vida que cada uno quiere”, dice.

A partir de esa postura, Salosny indica que el punto diferenciador del seminario “¡Supérate!” es que no solo entrega una mirada distinta, sino que aporta herramientas y consejos aplicables a la vida de cada participante. “Lo fundamental es entregar herramientas prácticas enlazadas a historias personales porque la idea es que la gente pueda llegar a su casa y elaborar un plan de acción concreto, no que se vayan de acá con la sensación de ‘lo pasé muy bien y aprendí muchas cosas… pero que no me van a servir para la vida’”, sostiene.

“Acá entregamos siete herramientas que están orientadas a definir planes de acción tanto en términos profesionales como personales, pero no es que uno venga bajando del Olimpo a entregar la solución a todo. Como decía, es una charla muy personal en la que hablo de mis propias vivencias, errores y malas decisiones, y a partir de ahí la gente se siente muy identificada” asegura.