La celebración del día del Amor y la Amistad es mucho más que un día comercial. El rito que acompaña a toda celebración es natural en nosotros, pues nos permite transmitir conocimiento, expresar emociones y fortalecer los vínculos. Por su parte, el amor es una emoción fuerte que anima y atraviesa toda la vida de la persona. Un saludo o un gesto especial, un obsequio o un tiempo compartido de manera especial que simbolice nuestro afecto por alguien no requiere de una fecha puntual, siempre será oportuno y gratificante; sin embargo, esta fecha estimula y motiva esas manifestaciones, especialmente en quienes tienen más dificultades con estas expresiones. A través de esta celebración muchas parejas, especialmente en la etapa adolescente, aprenden a manifestar este sentimiento, otorgan significado a la experiencia que les hace sentir que su amor es correspondido e incluso dan cierto sentido a sus propias vidas.

El amor no sólo es tema de la poesía, del arte o filosofía, la ciencia también se ha interesado y ha reunido evidencia suficiente para señalar los efectos saludables que tiene en el cuerpo y en la mente de las personas. Las neurociencias han revelado la participación que tienen la dopamina, noradrenalina, la serotonina y la oxitocina, en el establecimiento y fortalecimiento del vínculo amoroso. Desde la psicología, Robert Sternberg propone la teoría triangular del Amor y a través de ella identifica diferentes tipos de relaciones amorosas. Describe tres elementos axiales en esta emoción: Intimidad, entendida como la cercanía, la confianza y la conexión entre ambas personas; la Pasión, esa energía que le da intensidad a la experiencia, asociada comúnmente a la sexualidad; y el Compromiso, esa decisión de trascender juntos los buenos y malos momentos que caracterizan a la relación. La manera en se conjuguen estos elementos en la relación dará a la pareja un tipo de vivencia particular. Para el autor, lo ideal es un equilibrio entre estos tres elementos para conformar el Amor maduro o la realización del amor. En el ámbito de la educación, lamentablemente, poco se enseña y habla del amor si se considera la importancia y relevancia que tiene en nuestras vidas tanto por la felicidad que nos da cuando está presente como por el daño y el dolor que causa cuando falta. Tenemos una tarea pendiente.

Por eso hay que valorar esta celebración más allá de lo comercial y darnos la posibilidad de conocer un poco más sobre él y aprovechar la ocasión para abrirle nuestro corazón, pues como dice la canción de Alejandro Lerner “no hay pecado más terrible que no haber sentido amor”.

Alejandro Orrego Salcedo

Jefe carrera de Psicología Universidad Santo Tomás Temuco