La directora de carreras de salud del CFT Santo Tomás Puente Alto, María Fernanda Pizarro, es enfermera y hace 42 años trabaja en servicios de salud, por lo que sus manos han estado expuestas a jabón, alcohol gel, guantes y alcohol mucho antes de la coronavida.

“Por protocolo, quienes trabajamos en el área de salud debemos lavarnos las manos entre atención y atención y cada 3 usos de alcohol gel. Esto es algo que consciente o inconscientemente replicamos en casa, siendo o no miembro del equipo de salud, por ejemplo, cuando cocinamos o estamos al cuidado de un niño”, explica.

Este ejercicio, que hace 3 años estamos llevando a cabo con mayor conciencia y frecuencia, puede provocar daños en nuestras manos, generando dermatitis, nudillos rojos, agrietados y dolor. ¿cómo evitarlo?

“Lo principal es preferir el lavado de manos, por sobre la aplicación de alcohol gel y tenerlo sólo como excepción, cuando realmente no podamos lavarnos las manos. Además, el detalle está en preferir jabones adecuados, que no sean irritantes, y lo mejor es que sean neutros”, destaca.

El lavado de manos arrastrará la suciedad de las manos, dejándolas limpias, libres de gérmenes, pero con tanta repetición puede también eliminar la grasitud, propia de las manos, por lo que debemos acostumbrarnos a portar en el bolsillo una crema hipoalergénica, suave, que lubrique la piel.

“El mercado a veces destaca cualidades en jabones y cremas, como elementos desinfectantes y otras propiedades, pero un jabón neutro y una crema hipoalergénica, con alto porcentaje de vaselina, serán tus mejores aliados para evitar el daño de la piel”, enfatiza la directora.