Igualdad de género: La tarea pendiente de la Publicidad
En el último tiempo la igualdad de género está siendo tema en muchas áreas del diario vivir, en la política, educación y así mismo en la publicidad nacional.
Sin duda Chile es un país de muchos estereotipos, nos gusta lo establecido: las marcas y las franquicias extranjeras, los anglicanismos y los códigos establecidos. Los apellidos ilustres, vivir en determinada comuna, estudiar en determinado colegio y oír la misa en una iglesia en particular. Es mucho más confortable ver a la mamá en casa, comprando o cuidando hijos y al papá trabajando. Es más fácil ver a la familia feliz tradicional que a una completamente diferente, por eso no es de extrañar que la identidad de género sea aún un tema algo espinoso de tratar.
Este rasgo social tan propio de nosotros obviamente llega a la publicidad, porque la publicidad es básicamente un reflejo de lo que somos, más aún, un reflejo de lo que queremos ser. No podemos culpar a las marcas de los estereotipos que nosotros mismos hemos creado, porque el ejercicio de ellas es justamente empatizar con la realidad que nosotros queremos formar.
¿Es labor de la publicidad entonces aceptar e incorporar la igualdad de género?
No necesariamente, pero debería, porque la publicidad y la comunicación en general puede cambiar el mundo, puede ser una vía de información relevante y mucho más pluralista que la de los medios.
Entonces, sería bueno ver menos rubias perfectas de madres o menos padres oficinistas, menos familias tradicionales relacionadas con las marcas.
Debemos entender que hay multiplicidad de segmentos y nichos de mercados que escapan totalmente a la masividad de lo que vemos y tienen su propia historia que contar. Entonces ¿Por qué no darle cabida en la publicidad?
Acá hay una tarea pendiente, que ya tomaron algunos políticos en sus campañas, sería bueno que también la tomaran las marcas, porque la diversidad debe ser una de las cosas más creativas e innovadoras del mundo.