Vacaciones de verano: Tiempo para estimular el lenguaje
Las vacaciones de verano implican una mayor cantidad de tiempo de los niños y niñas en la casa, en un contexto familiar y social.
Esto debe ser visualizado como una oportunidad para potenciar el desarrollo del lenguaje y habilidades comunicativas, lo que no sólo se debe promover en la esfera educativa formal, considerando que el lenguaje oral es nuestra principal herramienta de comunicación.
Las vacaciones permiten que las familias, primer y principal agente estimulador en la infancia temprana, dispongan de mayor tiempo juntos, de salidas, paseos, viajes u otras experiencias que en el transcurso del año no acontecen; se vivencian situaciones nuevas, menos frecuentes, por lo que deben ser, en todo momento, aprovechadas para favorecer el aprendizaje y conocimiento de vocabulario o palabras nuevas, para el desarrollo de conversaciones sobre lo que experimentaron en el día, para realizar juegos funcionales, simbólico y aquellos de alternancia recíproca o turnos, para potenciar la escucha activa y/o lectura conjunta de cuentos o relatos, etc.
De esta forma, la mayor cantidad de tiempo juntos, se transforma en una mayor calidad del tiempo juntos en relación a la estimulación del lenguaje en un contexto natural o en instancias menos estructuradas, pero igualmente enriquecedoras.
La familia debe tener claridad respecto a la importancia que tiene el lenguaje para la comunicación efectiva, para el aprendizaje posterior, para establecer lazos y patrones de confianza entre los miembros de la familia y entre pares, por ello, debe siempre ser estimulado, y las vacaciones de verano ofrecen el tiempo y las experiencias que configuran una puerta abierta para que el niño o niña desarrolle mayores habilidades en este ámbito.