Por Javiera Vargas, estudiante de Derecho sede Puerto Montt.

Seguramente esta es una frase conocida por muchos, para algunos será motivo de una gran alegría y nostalgia, para otros será el factor decisivo para determinar que lo que leerán a continuación está escrito por una férrea izquierdista, pero la verdad es que al elegirla solo pensé en lo ajustada que es para los tiempos que estamos viviendo: “La historia es nuestra y la hacen los pueblos”.

Luego del 25 de octubre, es hora de que la comunidad jurídica enfoque el análisis de este futuro constitucional desde la búsqueda constante de la labor que deberán realizar tanto estudiantes como profesionales del derecho. Para muchos este será el camino óptimo para desenfundar conocimiento jurídico y limitarse a una posible postulación a la asamblea constituyente, siempre con la falsa creencia que el mero conocimiento del derecho es la única herramienta valida para estos tiempos, pero me parece que este pensamiento, si bien es válido, debe ser más amplio, ya que como conocedores del ordenamiento jurídico nuestra labor principal se encuentra en educar tanto a nuestros vecinos y conocidos, como también a nuestra familia, y de esta forma lograr que cada voto ejercido en las próximas etapas del proceso constituyente, por los miembros de nuestra sociedad,  sea producto de mentes informadas.

Nuestra universidad tiene una obligación adicional, ya que la persona no solo nutre su mente de conocimiento teórico, dado que este sin empatía carecerá de todo fundamento, por ende, será trascendental inculcar a sus alumnos sobre la existencia de los miles y miles de compatriotas que no pueden comprar salud, educación, vivienda y, por ende, muchas veces viven situaciones de injusticia donde una mano amiga será como una luz de esperanza que ilumine el camino de quienes ya no pueden andar.

Este labor ya se comenzó a forjar, y agradezco a la Facultad de Derecho UST por sembrar ese granito de ayuda social por medio de las distintas instancias de discusión generadas por medio de los Foros Constitucionales, en los que no solo participan expositores de renombre, sino que se genera un espacio para que sus propios alumnos intervengan y pongan sobre la palestra sus diversas visiones. Adicionalmente, no me es permitido dejar de lado cada ayuda que se genera por medio de las clínicas jurídicas existentes a lo largo del territorio nacional y que según mi visión, es donde los esfuerzos deben ser recargados para así lograr objetivos sociales por medio del conocimiento jurídicos, muchas veces la ciudadanía ignora el poder que tiene, y será nuestro deber recordárselos: “Porque esta vez no se trata de cambiar un presidente, será el pueblo quien construya un Chile diferente”.