Mónica Carreño, alumna de T. Podología Clínica

«He estudiado en otras instituciones y no he encontrado lo que encontré acá”

Mónica Carreño tiene 63 años, es profesora general básica, tiene 3 hijos y en marzo de 2019 se transformó en Tomasina.

Tras cumplir más de 40 años de docencia, Mónica se aventuró a estudiar una carrera técnico profesional que le brindara independencia económica y la desafiara a aprender, a articular sus conocimientos y a crecer.

«Cuando empecé a averiguar en la AFP lo que recibiría de pensión quedé muy preocupada, me complicó la idea y dije ‘yo no quiero esto para mi’ así que pensé en estudiar algo que siempre me había gustado», cuenta Mónica.

Con esto en mente, llegó al CFT Santo Tomás Puente Alto, donde se matriculó en la carrera Técnico en Podología Clínica el mismo día que iniciaban las clases.

«Comenzaron las clases el mismo día y a la sala llegó el jefe de carrera con otros docentes a recibirnos y me encantó, me dio buena impresión. Encontré muy interesante las clases; me encanta biología porque mi mamá era enfermera, mi abuela matrona y mi hijo médico», explica.

Aprender: Un desafío enriquecedor

Luego de haber pasado años en aula, Mónica dio un giro en su vida al pasar al área de salud y volver a estudiar microbiología y fisiología.

«El proceso de adaptación fue estresante, algo complicado, pero cuando me exigieron me encantó, porque pensé que es mejor de lo que yo pensaba; lo vi como un desafío, porque estoy más grande y el cerebro ya no es el de antes pero la neurociencia dice que te puedes mantener activa y me he dado cuenta que desde que volví a estudiar tengo mejor memoria y soy la reina de los mapas conceptuales», cuenta entre risas.

Su ingreso a Santo Tomás la ha sorprendido de manera positiva, no sólo por la exigencia que ha sentido, sino también por el apoyo y la cercanía con los docentes.

«Yo he estudiado en otras instituciones y no he encontrado lo que encontré acá; esa calidez con la que el profesor te identifica, conoce tu nombre, estoy muy agradada de los profesores, de la limpieza de la sede, de las personas que trabajan acá», enfatiza.

Tras haber cursado el primer semestre, Mónica se ha encantado con la carrera, ha notado avances académicos gracias a su perseverancia y al apoyo que encontró en el Centro de Aprendizaje y mira al futuro con ideas claras.

«Mi primera meta era tener una consulta propia, gracias al apoyo de mis hijos está el camino para emprender, pero también he pensado en hacer clases, porque así como yo aprendí, podría enseñar lo mismo a tantas personas; aunque primero que todo me gustaría pasar por los Cesfam, atender muchos pacientes, aprender y ahí independizarme».