José Carlos Ordaz, estudiante de Construcción Civil: “Soy venezolano y tengo la convicción de volver a mi país”

José Carlos Ordaz, es un joven de 28 años que salió de su país, Venezuela, cuando tenía solo 22 años. Después de casi 6 largos años de trámites, trabajo duro, sacrificios pero también muchas alegrías, hoy sueña en convertirse en constructor civil, por eso decidió estudiar la carrera en el Instituto Profesional Santo Tomás con la fuerte convicción de volver en unos años a reconstruir el país que lo vio crecer.

A pesar de tener la mente y el alma en su patria, José Carlos es uno de los miles de jóvenes profesionales venezolanos que no pierden la fe, el entusiasmo, optimismo y la actitud determinante para alcanzar sus sueños; actitud y espíritu que según cuenta, lo ha llevado a asumir importantes retos y proyectos en la Región del Biobío.

A solo días de comenzar oficialmente los ramos de su primer semestre, José Carlos Ordaz, nos cuenta cómo ha sido su experiencia en Chile y lo que significa para él estudiar en Santo Tomás.

¿De qué parte de Venezuela eres?

Nací en la Isla de Margarita, la famosa “perla del caribe”. A los que nacemos en esta zona del país nos dicen margariteños, es un lugar precioso, cuando mejoren las cosas en Venezuela espero puedan conocerla porque es única.

¿Por qué decidiste Chile como destino?

La verdad yo no escogí el país, el esposo de mi mamá es chileno y por cosas de la vida estamos aquí.

¿Cómo ha sido la experiencia de adaptarte a una nueva cultura?

Uno se adapta más no se acostumbra, uno tiene hábitos que no van a cambiar. Siento que el estudiar igual me ha permitido adaptarme más rápido porque conoces nuevos compañeros y tienes un objetivo en común.

¿Qué te motivó a estudiar en Santo Tomás?

Yo recorrí la ciudad y me llamó la atención la infraestructura, entré y pregunté entonces me dijeron que era una universidad. Acá hay muchos eventos y actividades que me llaman la atención, pero estudiando en el centro de formación de ProAndes conocí al personal de Santo Tomás que ofreció continuidad de estudios; ahí me decidí.

¿Por qué decidiste estudiar Construcción Civil?

Primero porque soy técnico en construcción civil, segundo por la calidad constructiva en Chile. Acá son mucho más rigurosos en el aspecto legal de las obras, se respetan las normas y los reglamentos de construcción, mientras que en otros países no se cumple mucho y eso me llamó mucho la atención.

El cumplimiento y el seguimiento que hacen los organismos del Estado a las obras hicieron que escogiera la construcción. Aparte que esto es lo que mueve al mundo, la estructura del país y la fuente laboral en el área es bastante amplia.

¿Ves algún tipo de diferencia entre la educación chilena y la venezolana?

Creo que cada país tiene sus métodos de enseñanza, por ejemplo, la disertación acá me ha ayudado a fortalecer mis habilidades blandas. No me da miedo hablar en público y puedo relacionarme abiertamente con los que están escuchando la exposición y generar participación.

En mi opinión el tema cultural influye mucho, las diferencias las puedes ver incluso desde la personalidad. La del venezolano es diferente, somos elocuentes, abiertos a expresarnos, cercanos con las personas y nos hacemos hermanos de todos; en cambio el chileno es un poco más tímido y siento que les da miedo equivocarse, quizás no todos son así pero sí la mayoría.

¿Cómo te sentiste cuando llegaste el primer día de la semana cero?

Me sentí extraño, no eran personas con las que yo compartía la misma nacionalidad. Todavía me cuesta entenderles lo que hablan pero tengo la certeza que haré buenos amigos y la experiencia será positiva.

Me gustaron muchos las actividades porque son muy integrales, sobretodo las de psicología ahí conocí personas que igual van entrando al ciclo. Mi actividad favorita fue la de la alfombra, donde todos somos Santo Tomás y entre cinco personas teníamos que darle vuelta en equipo.

¿Qué esperas de esta experiencia?

Tengo muchas metas, primero aprender y luego desarrollarme en la carrera. Tener los conocimientos que necesito y por qué no en un futuro poderlos llevar a Venezuela, todo los que pueda llevarme de acá sé que servirán para construir de nuevo a mi país.

Sabiendo que el escenario de Venezuela no es favorable ¿por qué volverías?

Uno es como un animalito y los animales tropicales son del trópico no son de climas fríos. Uno se adapta más no se acostumbra, esa es una de las razones que me motiva a volver a Venezuela aparte que quisiera ayudar a levantar el país y ser un aporte, si es en el área de la construcción feliz estaría.

¿A qué tipo de trabajos te has tenido que enfrentar?

Cuando llegué a Chile empecé a trabajar en un renta car y ni siquiera sabía manejar con cambios, aun así me dieron la oportunidad de hacer un curso de manejo y aprendí. Trabajé en el aeropuerto, en Unimarc en la parte de carnicería por casi dos años, después de un tiempo me llamó la atención un anuncio donde solicitaban personal para construir un templo en Pedro de Valdivia, entré en la obra gruesa y estuve ahí 9 meses, luego tuve que salir para poder regularizar mi estatus en el país.

Cómo me gustaba mucho la obra del templo volví y me dieron la oportunidad de trabajar junto a un capataz, el que se encargaba de la parte de trazado del proyecto. Con muchas ganas de aprender comencé a leer e interpretar los planos, desde entonces ya me ubicaba y me ofrecieron quedarme en esa área. Luego fui asistente de control de calidad aprendiendo todos los planos y los términos del proyecto que no conocía.

¿Te costó adaptarte a una obra tan emblemática de la Región?

Sí, las primeras semanas tuve miedo pero lo enfrenté. De hecho me pidieron que me encargara del departamento de calidad, jamás dije no y jamás me limité a aprender; siempre estuve dispuesto a asumir retos y a enfrentarme a lo desconocido.

¿Qué te motiva a querer convertirte en constructor civil?

Mi convicción, es algo que yo quiero y si lucho por eso lo voy a obtener, mi inspiración soy yo mismo y Santo Tomás será parte de ese sueño.

¿Qué es lo que más te ha marcado de Chile?

El clima y la comida es un choque, la forma en la que preparan la comida es totalmente diferente.

¿Has sido víctima de discriminación?

Sí, creo que todos los inmigrantes en algún momento somos víctimas de discriminación. En el trabajo de la construcción trato de no comparar porque sé que a pesar de que Venezuela está en una crisis hay muchas cosas que son positivas, sé de dónde vengo y la calidad humana que hay en mi país. Acá no vinimos a quitarle el trabajo a nadie, vinimos a trabajar, a salir adelante, a reinventarnos y tener mejor calidad de vida, por eso estamos dispuestos a dejarlo todo y empezar de cero.