Catalina González: “Tengo que estar ahí cuando el SUP se convierta en un deporte olímpico”

La alumna de Preparador Físico en el CFT Santo Tomás Viña del Mar compitió este año en el Mundial de Stand Up Paddle en Hungría y se entusiasma con llegar a unos Juegos Olímpicos.

El Stand Up Paddle (SUP) es un deporte relativamente nuevo, pero que ha crecido rápido en el mundo y en nuestro país. En ese escenario, Catalina González, alumna de Preparador Físico en el CFT Santo Tomás Viña del Mar, se ha consolidado como una de las mejores exponentes nacionales. Constantemente figura en los primeros lugares en las competencias locales y este año sumó una participación en el Campeonato Mundial de Hungría, organizado por la Federación Internacional de Canotaje (ICF), donde logró su mejor registro personal.

En la prueba de 200 metros, Catalina marcó primero un tiempo de 1:16:73 minutos en su heat de clasificación, lo que le valió acceder a una de las semifinales. En esa instancia registró un crono de 1:12:86, su mejor marca histórica, aunque fue insuficiente para avanzar al menos a la Final C.

“Me faltaron 80 centésimas para entrar a la Final C. Era mi primer mundial, así que obviamente no puedes ir con la expectativa de ganar, pero sí de darlo todo y ojalá hacer tu mejor tiempo, sin importar el lugar final que ocupes. Yo clasifiqué al Mundial con un tiempo de un minuto y medio, horrible, pero en seis meses de preparación logré mejorar con entrenamiento, constancia y motivación propia”, dice.

La alumna de Santo Tomás señala que el SUP está avanzando en Chile, pero aún está lejos de otros deportes como el remo y el canotaje: “ellos tienen selecciones que están trabajando todo el año, hay más tecnología, entrenadores, porque son deportes olímpicos. Nosotros en el SUP todavía estamos un poco solos, yo por primera vez ahora participaré en un concentrado de selección para los Juegos Panamericanos”.

 Esperando que sea deporte olímpico

La preparación de Catalina en el deporte está a cargo de Felipe Soto y también cuenta con la ayuda del entrenador argentino Gabriel Herskovits, pero confiesa que aún está lejos de contar con una rutina ideal. “Siempre estoy pidiendo ayuda, pero a mí nadie me espera en el río para remar, yo voy sola porque me gusta y porque me proyecto en esto. La preparación al Mundial la hice como pude, tengo mis entrenamientos online, mi profesor de Argentina me manda planificaciones, pero en el agua estoy sola y no es lo mismo porque no tengo nadie que en el momento corrija lo que estoy haciendo bien o mal. Mi entrenamiento es más amateur de lo que debería ser”, reconoce.

A pesar de esa realidad, Catalina quiere seguir en el Stand Up Paddle. “Dicen que para el 2024 el SUP va a ser deporte olímpico, entonces yo no lo puedo soltar ahora. Siempre estoy uno o dos en las competencias en Chile en la categoría Open, que es la más fuerte. Me queda mucho tiempo en esto y quiero cuidar mi ranking. Lo que pasa con el SUP es parecido a lo que pasaba antes con el canotaje, que ninguneaban algunas pruebas porque no eran olímpicas. Nosotros queremos avanzar igual que ellos y yo quiero estar ahí cuando el SUP se convierta en un deporte olímpico. Ya me imagino compitiendo en unos Juegos Olímpicos”, señala.

 Río Mar: de tarea a emprendimiento

Tras su participación en el Mundial, la deportista conconina participó en el Open Waterman, de Concón, donde fue segunda en los 6K, “pero era mar abierto y yo venía de prepararme todo el año para los 200 metros del Mundial, que era en aguas planas. Preparé todo el año velocidad, mientras que los seis kilómetros son pura técnica y resistencia”. Por ahora, sigue a la espera de nuevas competencias, entre las que asoma otro Open Waterman, durante febrero en Valparaíso.

De manera paralela, Catalina inició un emprendimiento que también ha crecido con rapidez. Se trata de una escuela deportiva que nació como una tarea de la asignatura Proyectos Colaborativos de su carrera. Le fue tan bien que ganó fondos de Sercotec y ya suma nuevos interesados en los deportes náuticos. “Puedo enseñar SUP, canotaje, surf, bodyboard, longboard, de todo. La escuela se llama Río Mar y está ubicada en Concón, en una escuela de kayak que tiene mi amiga Johana Anjariz”, explica.

“Antes enseñaba en una escuela, después empecé a hacer clases particulares, pero muy informalmente, sólo a quienes se me acercaban, no tenía ni tarjeta de presentación. Ahora todo es más serio y de a poco ha ido llegando más gente. Sí, de verdad este proyecto nació de una tarea, por eso le puse Río Mar, porque tenía que entregar la tarea y no tuve tiempo para pensar en otro nombre, jajaja… Me saqué buena nota, ahora me queda poco para egresar. La escuela es un proyecto que me gusta y me veo mucho tiempo en eso y compitiendo, creo que puedo hacer las dos cosas aunque sea mucha responsabilidad”, finaliza.