Dos estudiantes de Psicología UST y una alumna de Publicidad del IPST narran su experiencia en la realización de la práctica profesional de manera online. Valoran que la Institución los haya capacitado para sortear con éxito esta etapa cúlmine de sus carreras.

Después de un largo recorrido, la práctica profesional asoma como uno de los últimos desafíos -junto a la tesis- del paso de un estudiante por la educación superior. De por sí se trata de un proceso lleno de enormes desafíos, pero el actual contexto de pandemia por el COVID-19 puso una dificultad extra: la de tener que realizar la práctica a distancia, ante la imposibilidad del contacto presencial.

“En un principio existía rechazo porque las personas creen que no se pueden realizar terapias a través de una pantalla”, recuerda Jorge Parra (24), quien cursa el último año de la carrera de Psicología en la sede Viña del Mar de Universidad Santo Tomás y que en septiembre comenzó con su práctica en el Centro de Atención Profesional (CAP) de la Institución.

Eso sí: valora enormemente la capacitación que le realizó UST antes de comenzar a ejercer la profesión de manera remota, algo que tildó como “necesario”.

“A través de capacitaciones se nos mostró evidencia de que (la práctica online) sí funciona, agarramos más confianza, le dimos la posibilidad y en ese sentido estoy muy conforme. La práctica ha funcionado”, enfatizó.

Apoyo

Por su parte, Bárbara Vargas (23), alumna de Publicidad en el IPST de sede San Joaquín, acaba de terminar su práctica en la agencia La Familia. Y asegura que lo más complejo fue tener que lidiar con los tiempos “del trabajo, los estudios y mi proyecto de título”. Pero no sólo eso: el encierro por la pandemia también mermó su salud mental, reconoce.

Santo Tomás como institución ha estado presente durante toda la pandemia, tomando iniciativas como talleres vía online o actividades recreativas. En lo que más me he sentido apoyada ha sido en el ámbito de la salud mental, ya que durante el confinamiento muchos nos hemos visto afectados. En mi caso me brindaron ayuda psicológica de muy buena calidad y eso me ayudó mucho para terminar mi práctica profesional”, sostuvo.

En tanto, Miriam Leal (47), también es estudiante de Psicología, pero en Valdivia. Ella realiza su práctica en la ONG Migrantes en Los Ríos, específicamente en el área social-comunitaria. Y también valora la capacitación previa que recibió de parte de la Institución.

“Lo más relevante y admirable que logró la universidad fue, primero adaptar prácticas y buscar lugares de práctica que pudieran también coincidir con este tema tangencial que estamos viviendo que es la pandemia. El acierto estuvo principalmente en prepararnos a los estudiantes de Psicología antes de salir a hacer una práctica, donde los sistemas de intervención iban a ser básicamente online”, puntualizó.