Rol del investigador y toma de decisiones: los temas que marcaron el panel «Dimensión Humana de la Conservación»

El espacio de conversación fue moderado por Diego Luna, especialista en Conservación de la Red Hemisférica de Reservas para Aves Playeras (RHRAP), y destacados exponentes del área de conservación y gestión de la biodiversidad.

 

Reflexionar y dialogar acerca de la relación entre la ecología con el mundo social y cómo alcanzar acuerdos que permitan la conservación, fue el objetivo del Conversatorio “La Dimensión Humana de la Conservación” realizado por el Doctorado en Conservación y Gestión de la Biodiversidad de la UST, en conjunto con la Facultad de Ciencias y el Centro de Investigación e Innovación para el Cambio Climático (CiiCC) de la misma casa de estudios.

El espacio de conversación, moderado por Diego Luna, especialista en Conservación de la Red Hemisférica de Reservas para Aves Playeras (RHRAP), tuvo como principales exponentes al director del centro de investigación UST CiiCC, DrNelson Lagos; a la profesora asociada a la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco, Dra. Alexandra Sapoznikow; al investigador del Centro Austral de Investigaciones Científicas (CADIC-CONICET) y de la Universidad Nacional de Tierra del Fuego UNTDF, Dr. Christopher Anderson; y al Dr. Andrés Marín, del Centro de Estudios del Desarrollo Regional y Políticas Públicas, de la Universidad de Los Lagos.

El componente humano en la conservación

¿Qué entendemos por la dimensión humana de la conservación? Alexandra Sapoznikow descubrió este tema cuando hacia investigación sobre conservación de especies. En su trabajo, se dio cuenta que además de estudiar y conocer a los animales y sus ambientes, es necesario involucrarse con las personas y acercar los estudios a los grandes tomadores de decisiones. “Cuando manejamos recursos naturales, en realidad estamos manejando personas”, afirmó la investigadora.

Andrés Marín, por su parte, señaló que la conservación es de por sí una acción humana. Por lo tanto, cuando hablamos de conservación, implica hacerse consciente. Saber que en una sociedad desigual, con distinto acceso al poder y a la toma de decisiones, debe primar una visión integrada que incluya los impactos  (positivos y negativos) y no deje fuera la calidad de vida de la comunidad local.

“La conservación es una intervención que tendemos a pensar que es positiva, pero que en muchos lugares puede ser tan perturbadora como una central termoeléctrica. De ahí la importancia de mirarlo desde la perspectiva social, desde la articulación de las visiones de actores que tienen intereses sobre ese territorio. Son intereses distintos y muchas veces contrapuestos”, agregó el sociólogo.

El rol del investigador

De lo anterior surgió la interrogante sobre el rol del científico. Entonces, ¿hasta dónde debe llegar el investigador? ¿hasta los tomadores de decisiones? Ante esto Sapoznikow señala que “si el investigador está involucrado en un estudio cuyos resultados tienen efectos directos sobre la conservación, o sobre cualquier otro tema, tiene la responsabilidad de que esa información llegue a quienes tiene que llegar para tomar decisiones informadas”. Sin embargo, para la investigadora esto requiere habilidades que son necesarias aprender y que vienen de otras disciplinas, como por ejemplo del derecho o de las comunicaciones.

Para Andrés Marín, en cambio, hay matices. Según el sociólogo, el rol del investigador debiese ser el de un intermediario, traductor y conector entre actores que tienen distintos intereses y diferente acceso a recursos, a la información y al poder, de modo de buscar reducir las brechas existentes.

Conservación y reducción de la pobreza

Durante el conversatorio también surgió la relación entre la conservación y la reducción de la pobreza. Mientras que para la investigadora argentina esta relación pasa primero por trabajar en la distribución de los ingresos para dar solución a problemas de conservación, para Christopher Anderson la respuesta está en diversificar el concepto de pobreza y ampliar el significado de bienestar social.

Todos entendemos pobreza como económica, pero también hay que diversificar, porque pobreza también puede ser en la salud, el capital cultural, en la seguridad alimenticia, distintos modos de vida… más allá de la compensación económica” señaló Anderson, quien en línea con lo anterior mencionó la paradoja ambientalista, referida a que mientras en las evaluaciones la calidad ambiental va a la baja, los índices de desarrollo humano presentan un alza, dejando entrever que no se ha medido correctamente esta última dimensión.

Conservación y desarrollo sustentable

¿Dónde están los puntos de encuentro entre conservación y desarrollo sustentable? Con respecto a este tema, Nelson Lagos menciona que se deben buscar elementos que garanticen continuar teniendo una sostenibilidad social y económica de los recursos de la manera más amigable.

“Por ejemplo, ha surgido el concepto ‘economía circular’ donde, en los procesos que parecían culminar, se vuelven a utilizar los desechos a través de innovación científica y tecnológica, con el objetivo de disminuir los impactos y poder asignar recursos a la conservación”, señaló el científico.

Por otro lado, Marín mencionó la importancia del concepto de resiliencia, entendiéndola como la “capacidad del sistema socio ecológico de mantenerse en un espacio sin que deje de ser lo que son, pero que al mismo tiempo puedan cambiar”, expresó.  Para esto, señaló Marín, el primer aspecto clave es cuidar que la conservación no se transforme en la reducción de la resiliencia, en definitiva, “evitar que esa conservación se traduzca en mayor pobreza y aumento de las vulnerabilidades…

«Las comunidades locales tienen que ser parte desde el primer día de las iniciativas de conservación”, agregó el sociólogo

Decisiones en conservación

Según Nelson Lagos los elementos claves para tomar mejores decisiones en conservación están relacionados con que «las distintas visiones de valor que existen deben tratar de ser consensuadas y de tener una estrategia de trabajo que nos lleve a equilibrar esa noción de valor». Por otro lado, Lagos asevera: «tenemos que llegar a modificar las leyes, a modificar el modelo. Eso va a necesitar agentes cambios». 

Por su parte, Marín señala en la necesidad de avanzar en la transdisciplina, refiriéndose a anteponer los problemas y los desafíos que hay que enfrentar, por sobre el acto de enmarcarlos en las ramas estudiadas.

«Detrás de la noción del experto hay un germen que hay que erradicar. No podemos seguir saliendo a la calle como los ‘expertos’, porque los que verdaderamente saben cómo funciona el mar, el campo, la montaña, es la gente que vive ahí… Hay una deuda de ponernos todos a la misma altura, de ser una sociedad más horizontal, con mayor respeto».

Para finalizar, los asistentes realizaron una ronda de preguntas a los investigadores invitados abriendo un espacio a la reflexión y el debate.

Asistentes

Al conversatorio asistieron el coordinador de Postgrado y director del Programa de Doctorado en Conservación y Gestión de la Biodiversidad UST, Fabio Labra; la coordinadora del mismo postgrado, Marcela Aldana; alumnos de este programa de estudio y público interesado en el área de la conservación.