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Conclusiones de Taller “Conflictos y propuestas para la investigación en Chile”
Organizadores esperan que el documento se convierta en el inicio de discusiones más profundas y amplias, que lleven a la formulación de políticas públicas efectivas en pos de la ciencia, el conocimiento y el bien común.
Con el objetivo de que la comunidad científica discutiera sus dificultades para investigar y propusiera soluciones para enfrentar la actual crisis que se vive en el país, la Facultad de Ciencias de la Universidad Santo Tomás organizó el taller “Conflictos y propuestas para la investigación en Chile”, la primera convocatoria abierta y masiva para reflexionar este tema desde las bases.
En la iniciativa, en la que también contribuyó la Facultad de Ciencias Sociales y Comunicaciones de la UST, y que se desarrolló en nueve ciudades de Antofagasta a Puerto Montt, participaron alrededor de 300 investigadores de universidades privadas y estatales, además de representantes de empresas y organizaciones no gubernamentales.
Las conclusiones de este taller se levantaron en un completo informe elaborado por un equipo de la Universidad Santo Tomás, liderado por la jefa de carrera de Biotecnología de la UST, Soledad Quiroz. Este informe fue presentado al Presidente de CONICYT, Dr. Mario Hamuy el martes 15 de noviembre y, además, será utilizado por el Consejo Nacional de Innovación para el Desarrollo –CNID– en el diseño de estrategias de desarrollo de la ciencia nacional.
Es así como del informe se desprende que las principales barreras mencionadas por los investigadores para realizar ciencia fueron: la excesiva burocracia de los sistemas, la falta de mirada de largo plazo en las políticas públicas y una sensación de desconfianza general hacia quienes evalúan y asignan recursos. Asimismo, se releva la necesidad de no reducir la ciencia solo a su aspecto económico, la “precariedad” que existe en regiones y un llamado a tener una perspectiva multidisciplinaria con mirada de género. Se reconoce la baja vinculación de los científicos con la población, con el sector privado e incluso con investigadores de otras áreas.
Un punto importante, destaca Soledad Quiroz, es el llamado a considerar la actividad de investigación como un trabajo, que implique una carrera profesional y condiciones laborales justas, haciendo referencia a la falta de trabajo estable y beneficios como seguros de salud y jubilación. Esto se suma, agrega, a la preocupación por la baja empleabilidad y dificultades de inserción de doctores jóvenes. Se plantea como solución la creación de centros regionales estatales para abrir plazas de trabajo y tener acceso a equipamiento sofisticado. También se menciona la necesidad de definir áreas prioritarias de investigación como guía que permita la creación de grupos fuertes, sin desproteger buenos proyectos en áreas no prioritarias y dando énfasis a las necesidades de cada región.
“Los investigadores aducen la falta de equipamiento y plazas de trabajo a la baja inversión del Estado en ciencia y tecnología, pero también plantean que se deben revisar los criterios usados en la asignación de recursos. Se señala nuevamente que se deben extender los tiempos del financiamiento”, precisa el documento.
Del igual forma, enfatiza que cuando se pide que los investigadores entreguen propuestas, se vuelve a mencionar la necesidad de que el Estado tome definiciones respecto del rol de la ciencia en nuestra sociedad, pero que se haga con una mirada de largo plazo y que considere las peculiaridades de las distintas regiones sin encasillar a la ciencia como un insumo puramente económico. En este sentido se ve con buenos ojos la creación de un Ministerio de Ciencia y Tecnología, en conjunto con centros regionales de investigación, un centro nacional de ética, un centro nacional de divulgación y entidades que faciliten y coordinen la labor en regiones. Todos ellos con una perspectiva multidisciplinar.
Aumento de inversión
En materia de gestión pública, la profesional detalla que se propone examinar qué programas necesitan más recursos y cuáles pueden recibir menos o eliminarse. Sin embargo, la principal preocupación está en los procesos de adjudicación de fondos concursables. Hay un llamado por mayor transparencia en la evaluación y adjudicación de fondos, con especial preocupación por las comisiones evaluadoras, a las que se les pide aplicar criterios de equidad de género.
Además de solicitar un aumento en la inversión en ciencia y tecnología por parte del Estado, en las conclusiones se requieren más incentivos para que las empresas nacionales y extranjeras inviertan más en esta área. Se reitera que toda inversión debería considerar criterios de largo plazo (10 años), regionalización y multidisciplinariedad.
Aunque hay solicitudes por mejorar las capacidades de las agencias que manejan los fondos públicos, lo más relevante es según los investigadores, darle mayor coherencia a la gran cantidad y variedad de concursos disponibles. Los investigadores creen que se debe fomentar la investigación básica y aplicada por igual, así como el trabajo en grupos multidisciplinarios por sobre lo individual. En ese aspecto, diferenciar en la competencia por fondos a investigadores jóvenes de los consagrados. Para facilitar la interacción entre investigadores se propone crear un repositorio abierto con todas las investigaciones realizadas en el país, y el uso compartido de equipos de alta tecnología.
La valoración y divulgación de la actividad científica se identifican como actividades muy importantes, pero que no pueden abordarse adecuadamente si no mejora la calidad de la educación, en especial en los niveles básicos. Se sugiere entonces vincular más a los investigadores con el sistema escolar junto con promover las actividades de divulgación.
Respecto de la comunidad científica como tal, se plantea la necesidad de promover espacios de interacción y discusión, incluso pasado por la creación de nuevas organizaciones para facilitar la vinculación con otros entes sociales como tomadores de decisiones. Nuevamente se hace hincapié en la necesidad de promover equidad de género a todo nivel, así como el desarrollo de la investigación en regiones, y la necesidad de respetar la normativa vigente en cuanto a las condiciones de trabajo, considerando una remuneración acorde al trabajo realizado.
La institucionalización de una “carrera de investigador” está asociada a diversos aspectos como: incentivar vocaciones científicas, fortalecimiento de la actividad dentro de las universidades, regularizar las condiciones contractuales de los investigadores y mejorar la asignación de recursos, entre otros.
Ministerio de Ciencia y Tecnología
Por último, cuando se enfoca la reflexión en un futuro Ministerio de Ciencia y Tecnología, una preocupación importante es el perfil del ministro o ministra. Se piensa en una persona con experiencia en investigación, pero que también tenga habilidades políticas. Asimismo, debería tener conocimiento de procesos de transferencia, bioética, administración y finanzas. Como características personales se espera que tenga capacidad de liderazgo, negociación y resolución de conflictos; que sea buen comunicador y con visión amplia, inclusiva y de largo plazo.
Se espera que el futuro ministerio incluya a las ciencias sociales, humanidades y artes, aunque no hay acuerdo respecto de la inclusión de la innovación. Se sugiere definir líneas estratégicas prioritarias, temas con financiamiento permanente y crear un fondo para investigación de emergencia. Estas líneas las desarrollaría el ministerio en acciones a corto, mediano y largo plazo, que considere tanto necesidades como capacidades regionales.
Otra función que se espera del ministerio es la coordinación con otros ministerios e instituciones afines, fomentando la investigación colaborativa e interdisciplinaria. Para esto, todos los fondos relacionados con ciencia y tecnología deberían quedar bajo su administración, incluyendo lo que ahora maneja CORFO y el Ministerio de Economía, aunque algunos plantean una instancia de coordinación con CORFO. Dentro del Ministerio de Ciencia y Tecnología deberían crearse estructuras que permitan enfocarse en distintas áreas, por ejemplo: ciencia básica, aplicada, transferencia, divulgación y centros regionales. El ministerio debería articular y fomentar las relaciones con la sociedad en general, y en particular con las empresas y otros entes del Estado.
Los asistentes esperan que el ministerio fomente la actividad científica, protegiendo las condiciones laborales de los investigadores, impulsando la calidad y cantidad de programas de doctorado dentro del país, articulando redes de investigadores y promoviendo la divulgación científica y transferencia tecnológica. Todo esto no sería posible sin incrementar el porcentaje del PIB que se invierte en ciencia y tecnología a niveles más cercanos a la OCDE, ya que se asume que la creación del ministerio tendrá un costo, y no pueden destinarse a ello los fondos dedicados a investigar en todas las áreas, incluyendo artes y humanidades.
En cuanto al resguardo y promoción de la investigación en regiones, se señala la necesidad de generar una estrategia país de ciencia y tecnología con un modelo descentralizado de gestión, promoviendo la autonomía regional en la toma de decisiones y la articulación dentro de cada región con otras seremías. Se sugiere promover la inserción de científicos jóvenes en regiones a través de la creación de centros regionales.
Los investigadores expresan que se debe evitar que el ministerio genere un exceso aún mayor de burocracia, que se dupliquen los financiamientos para los mismos proyectos, o que se entreguen fondos a investigaciones que pueden ser financiadas por el sector privado. Se espera que no haya tráfico de influencias en la toma decisiones ni falta de transparencia, u otras “malas prácticas”. En resumen, el ministerio debería enfocarse en el resguardo del bien común con una mirada de largo plazo.
Recomendaciones
Durante el taller se generaron las siguientes propuestas tendientes a mejorar la investigación en Chile: Incorporar en todos los niveles de planificación y evaluación los criterios de: regionalización, género e inclusión de jóvenes investigadores; definir áreas prioritarias de investigación, con énfasis en las necesidades regionales y mirada de largo plazo; aumentar la transparencia en los procesos de evaluación y adjudicación de fondos públicos; considerar la creación de una “carrera de investigador” para resguardar las condiciones laborales de los investigadores; evaluar los distintos programas, líneas y concursos para darle más coherencia al sistema de financiamiento público de la investigación y disminuir la burocracia; fomentar la investigación colaborativa y multidisciplinaria; mejorar las capacidades de gestión del aparato público; aumentar el financiamiento estatal y privado de la investigación en todas las áreas; crear centros de investigación multidisciplinarios estatales y regionales; crear un Ministerio de Ciencia y Tecnología que tenga una mirada a largo plazo, guiado por una persona con experiencia en investigación y habilidades políticas; entregar al Ministerio de Ciencia y Tecnología la administración de los fondos públicos para la investigación en ciencia básica y aplicada, divulgación y transferencia.
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