Avanza investigación sobre funcionamiento ejecutivo y calidad de vida en adultos mayores de la V Región

Proyecto de docentes de Educación Diferencial de UST Viña del Mar estudia la relación entre ambos factores y la depresión.

“Los adultos mayores sospechan que algo les está pasando”, dicen los académicos María Isabel Zúñiga y Sergio Gatica Ferrero, responsables del proyecto de investigación “Funcionamiento ejecutivo y calidad de vida en adultos mayores de 65 años” que se comenzó a desarrollar a principios de año y que tiene como objetivo establecer la relación entre el deterioro del funcionamiento ejecutivo, la calidad de vida y la depresión en habitantes de la V Región.

La investigación no ha sido fácil para los docentes de Educación Diferencial de UST Viña del Mar, ya que la tarea de conseguir voluntarios que acepten someterse a pruebas resultó más complicada de lo esperado. “Primero, porque hay mucha burocracia en los organismos estatales que podrían colaborarnos; y segundo, porque notamos que los mismos adultos mayores son reacios a evaluarse. La gente no quiere mostrar sus debilidades, hay un temor a que les confirmen sus sospechas”, señala Gatica.

¿Cuáles son sus sospechas? De acuerdo a lo que han podido observar los académicos, las personas intuyen que el paso de los años ha provocado un deterioro cognitivo en ellos “pero no quieren que alguien les diga que van camino a una enfermedad como el Alzheimer. Prefieren quedarse en una dulce ignorancia”.

El trabajo como motor de la vida

Si bien advierten que la etapa de entrevistas está en pleno desarrollo y que aún no se pueden sacar conclusiones, ambos concuerdan en que es posible intuir que el gran momento de quiebre en cuanto al desarrollo de habilidades cognitivas que enfrentan los adultos mayores es el término de su vida laboral, lo que obviamente es más notorio en los hombres.

“Hay un factor de protección en las mujeres. A la misma edad, los varones están más deteriorados cognitivamente y con mayores niveles de depresión que ellas. Lo que pasa es que las mujeres tienen más vida social, en cambio los hombres se aíslan, se refugian en sí mismos cuando jubilan”, dice Gatica.

María Isabel Zuñiga agrega que esto puede relacionarse con el rol que se les enseñó a cumplir: “son personas mayores de 65 años que fueron criados con la idea que el hombre es el que trabaja, el que mantiene la casa, entonces su vida giraba en torno a eso. Para la mujer es distinto, porque no sufrieron el golpe de quedar sin trabajo, ellas como dueñas de casa siempre socializaron con vecinas o con amigas, entonces el cambio de rol no es tan fuerte”.

Educación para adultos mayores

Otro factor que podría incidir en la calidad de vida y en los niveles de depresión en los adultos mayores tiene que ver con la falta de ingresos económicos a esa edad. “Yo creo que la gente tiene la expectativa de poder descansar tras jubilar, pero después se da cuenta que no puede hacerlo porque no tiene dinero y ahí aparecen las preocupaciones. Entonces podría pasar que un adulto mayor tenga todas las ganas de realizar actividades que lo mantengan activo, pero para eso necesita recursos que no tiene”, explica Gatica.

Esta situación abre un nuevo campo para la Educación Diferencial, ya que a partir de esta investigación se podrían implementar muchas acciones. “Este proyecto dará pie a todo lo que podemos hacer en el futuro. Como educadores diferenciales tenemos una mirada de la intervención educativa en el aprendizaje y en las habilidades que los adultos mayores necesitan seguir trabajando. Podríamos implementar un centro de adulto mayor para hacer evaluaciones e intervenciones, creo que ese es el camino que vamos a seguir”, dice María Isabel Zúñiga. “Esa es la prestación de servicios educativos del futuro. Piensa que el año 2020 Valparaíso va a tener más adultos mayores que jóvenes… y el 2020 está a la vuelta de la esquina”, cierra Gatica.