UST Viña del Mar organiza Ciclo Anual de Egresados Destacados para generar lazos entre titulados y estudiantes de primeros años

A través de una conversación online, los exalumnos comparten sus experiencias en el mundo laboral, desarrollan temáticas de interés disciplinar y recuerdan su paso por las aulas tomasinas.

¿Cómo será el mercado laboral cuando me titule? ¿Encontraré trabajo? ¿Será normal que dude sobre mi vocación? ¿Qué pasará si repruebo algunas asignaturas? Estas preguntas –y muchas otras- pasan por la mente de la mayoría de los alumnos en sus primeros años de Educación Superior. Y qué mejor que buscar respuestas apelando a testimonios de titulados que enfrentaron esas mismas dudas hace ya algunos años. Ese es uno de los objetivos del Ciclo Anual de Egresados Destacados que se realiza por primera vez en la sede Viña del Mar de Universidad Santo Tomás.

Piero Moltedo, director académico de UST Viña del Mar, explica que este ciclo “es una iniciativa única en Santo Tomás, que nace en nuestro Plan de Sede y que busca el relacionamiento con los egresados y la vinculación de los estudiantes con su medio laboral. El ciclo consiste en una reunión por Teams donde las autoridades de la carrera de la sede entrevistan a un egresado destacado, haciendo énfasis en algún aspecto formativo particular que se busque orientar. Asisten alumnos de un curso o cohorte en particular según el contenido que se quiera reforzar”.

Uno de los encuentros que ya se realizó corresponde a la carrera de Trabajo Social. La invitada fue María José Herrera, titulada en 2012 y quien es coordinadora regional de Fundación Honra y que este año se incorporó como docente de la asignatura “Trabajo Social y violencia intrafamiliar”. Ella conversó con alumnos de primer y segundo año, con quienes no sólo compartió su experiencia laboral en el abordaje de intervenciones desde un enfoque de derechos, sino también recordó su paso como estudiante en UST.

“En la primera entrevista que me hicieron en la universidad, yo dije que quería estudiar Trabajo Social para cambiar el mundo. Esa era mi convicción y, si soy sincera, lo sigue siendo, no ha cambiado. Quizás no voy a cambiar el mundo, pero sí podré cambiar pequeños mundos, no sólo de otres, sino el propio”, les comentó a los estudiantes.

Respecto a las dudas vocacionales o motivacionales que pueden sentir en los semestres iniciales, les dijo que “yo también tuve esa llama que se prendía y apagaba. En los primeros años todavía en un periodo donde todo es abstracto, con mucha teoría que no nos deja ver bien. Además, yo pasé de un colegio que no tenía mucha exigencia a tener que leer muchos textos en la universidad, entonces eso a veces me desmotivaba, me daba lata. Pero la verdad es que yo quise ser trabajadora social como desde cuarto básico, entonces siempre estaba con esta idea de que quería cambiar el mundo”.

“Si se sienten desmotivados, es válido. Lo importante es encontrar pronto la motivación, que para mí es cuando una persona me agradece una intervención o me dice que aprendió tal cosa por una conversación que tuvimos, son pequeñas cosas que le hacen sentido a la gente. La desmotivación no importa porque esto finalmente da sus frutos, aunque los procesos no son tan rápidos como uno quisiera. Yo después de cuatro o cinco años llegué al lugar donde me sentía realmente cómoda, pero desde que hice la práctica en adelante vi que uno puede cambiar vidas, y no es exagerado lo que digo”, continuó.

 Mística y calidez familiar

Este tipo de testimonios son los que hacen valorable estas conversaciones, sostiene Piero Moltedo. “Siempre se genera una mística especial, de calidez familiar, donde el egresado regresa con sus primeras experiencias y vivencias laborales. Esta calidez fomenta la confianza de los estudiantes para hacer todo tipo de preguntas, muchas de ellas buscan calmar su ansiedad por no atrasarse con las asignaturas o bien por no conseguir trabajo en un tiempo razonable. Los alumnos necesitan ver, escuchar, compartir con lo que ellos podrían ser. Las palabras y orientaciones de un egresado destacado son como los rayos de luz de un faro en un mar de incertidumbres para un alumno agobiado por las particularidades de este año”, sostiene.

Por lo mismo, el director académico destaca la sinceridad de María José Herrera: “fue capaz de transmitir con su mensaje lo más hermoso, la esencia, aquello que la motivó a estudiar esa carrera. Y recordar la esencia de su vocación fue para algunos de los alumnos un reencantamiento con sus estudios, en el contexto de este difícil 2020”.