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“Enfermería es arte y ciencia, pero sobre todo amor por lo que se entrega”¡Si yo pude, tú puedes!
Mónica Romero, egresada de Santo Tomás Puerto Montt, titulada el año 2012 de la carrera de Pedagogía en Inglés nos relata su experiencia laboral en Holanda.
Orgullosa de provenir del sector rural, Tambor Bajo, comuna de Los Muermos, Mónica Romero es una joven entusiasta, orgullosa de los logros obtenidos y del camino que ha recorrido para conseguir sus metas. La egresada de Universidad Santo Tomás actualmente trabaja en un colegio en Holanda enseñando inglés a alumnos de enseñanza media. En este colegio también es parte del equipo de intercambio, un programa en el cual los alumnos, en compañía de profesores, tienen la posibilidad de compartir con estudiantes y familias de Alemania, durante una semana. Todo esto con el fin de promover el inglés como lengua internacional de comunicación.
¿Esta es tu primera experiencia en el extranjero?
No, el 2016, trabajé en Australia en una academia llamada ‘Kaplan International’. Allí fui profesora de inglés para adultos provenientes de países tales como Brasil, China, Japón, Republica Checa, Perú, y también de mi querido Chile. Fue una experiencia maravillosa el ver nuevamente como el idioma inglés es una gran herramienta, pues todos, sin importar la nacionalidad podíamos comunicarnos y aprender de nuestras culturas.
¿Qué otras actividades realizas para complementar esta experiencia en el extranjero?
Con este propósito, también trabajo en una academia de idiomas para adultos. Aquí enseño inglés no solo a holandeses, sino que también a personas de Sudamérica, Asia y el Medio Oriente quienes en muchas ocasiones son refugiados que necesitan apoyo en diversas áreas, por ejemplo en la preparación para exámenes internacionales para acceder a estudios superiores en Holanda.
¿Qué te parece el haber alcanzado estas importantes metas, personales y profesionales?
Soy una agradecida de la vida por tener la posibilidad de trabajar en el extranjero. Diez años atrás, nunca lo habría imaginado. Llegué a la UST el 2007, con un nivel de inglés bajísimo. Aprender este idioma parecía imposible, sin embargo, con mi perseverancia más el apoyo y excelente trabajo de mis profesores, logré cumplir mi sueño.