Los méritos que llevaron a Alejandra Salinas y Tristán Inostroza a recibir el “Premio Santo Tomás” en Viña del Mar

Titulados de Ingeniería en Prevención de Riesgos y Psicología, respectivamente, los recién egresados hacen un repaso de su vida estudiantil. Ambos destacan el sello valórico de la institución.

Cada semestre, en el marco de las ceremonias de titulación, Santo Tomás Viña del Mar entrega un reconocimiento especial a los egresados que –más allá de su rendimiento académico- hayan destacado en su paso por la institución, representando los valores tomasinos, participando en distintas actividades y transformándose en líderes entre sus pares. Se trata del “Premio Santo Tomás”, que en esta ocasión recayó en dos personas: Alejandra Salinas, titulada de Ingeniería en Prevención de Riesgos, y Tristán Inostroza, de Psicología.

Alejandra se convirtió en un rostro familiar en Santo Tomás Viña del Mar durante toda su carrera, ya que perteneció a la directiva de la Federación de Estudiantes, integró la selección de vóleibol femenino y participó en el equipo de Admisión, entre otras muchas actividades. A pesar de eso, asegura que no esperaba recibir ningún premio.

“No me esperaba este premio. Sin duda, han sido los mejores años de mi vida, con el sello bien marcado de la institución en el sentido de que antes de ser un buen profesional, hay que ser persona, ese valor lo tengo muy claro. Muchas gracias a todos por estos premios y estoy orgullosa de haber salido de la casa de estudios Santo Tomás”, indica.

Respecto a su paso por Santo Tomás, señala que su mejor recuerdo son los trabajos voluntarios: “conocer más gente, trabajar en equipo, ayudar a las comunidades, eso es enriquecedor para el alma”. Sin embargo, reconoce que su etapa final en la institución “no fue muy buena, pero uno siempre tiene que rescatar las mejores cosas que vivió. También me voy agradecida del entorno, que me ayudó mucho a poder sacar mi carrera adelante. Y obviamente agradezco a mi familia, que fue un pilar súper importante. Este título es un regalo para ellos”.

Representando a los vespertinos

Por su parte, Tristán Inostroza siente que el premio es un reconocimiento no solo a su persona, sino a todos quienes deciden estudiar en jornada vespertina. “Mi mejor recuerdo tiene que ver con eso, con que los profesores siempre tuvieron la disposición de escucharnos y ayudarnos porque sabían que muchos trabajaban o tenían familia. Nos daban los tiempos necesarios para hacer los trabajos, pero sin quitar exigencia. Ellos nos apoyaban y nosotros rendíamos”, dice.

“Ahora que me lo recordaron, dije ‘guau, hice hartas cosas’. Comencé con proyectos de prevención, luego actuamos en los incendios de Valparaíso, porque sabíamos que como estudiantes de Psicología teníamos que hacer algo. Me di cuenta que en estos cinco años hice mucho, pero todavía queda mucho por hacer”, añade.

Respecto a su futuro, el ahora psicólogo señala que pretende continuar con la labor que inició al ser miembro fundador del Equipo de Primeros Auxilios Psicológicos de la Escuela de Psicología: “estamos trabajando de forma voluntaria con el grupo Delta porque la idea es entregar nuestro conocimiento a la comunidad”.