Javier Basáez, alumno sordo titulado de Preparador Físico: “Quise renunciar, pero seguí luchando porque esto era un proyecto importante en mi vida”

El ahora egresado de Santo Tomás Viña del Mar agradece el apoyo que recibió de su familia y de la institución para poder terminar su carrera. “Nunca me sentí discriminado”, asegura.

Santo Tomás Viña del Mar es una institución reconocida a nivel regional por sus prácticas inclusivas respecto a personas en situación de discapacidad. Y en ese sentido, la comunidad sorda en particular ha sabido ocupar esos espacios y, por lo mismo, es habitual ver en los pasillos a alumnos comunicándose en lengua de señas o a intérpretes en las salas de clases apoyándolos en sus procesos de aprendizaje. Aun así, también es una realidad que a muchos de ellos aún les cuesta finalizar una carrera en la Educación Superior y es por eso que cuando alguno lo logra, la alegría es mayor tanto para el protagonista como para su entorno.

Fue eso lo que ocurrió en las últimas ceremonias de titulación, donde Javier Basáez recibió el diploma que lo acredita como Técnico de Nivel Superior en Preparación Física. Su felicidad era evidente pues sabía que en ese momento estaba dando el paso final en un camino que no muchos alcanzan a completar.

“Empecé a estudiar el año 2013. Fue difícil, pero me esforcé mucho para poder prepararme y terminar la carrera, a veces fue complicado, pero logré titularme”, indicó mientras sus padres Clemente Basáez y Verónica Fernández lo felicitaban. Agregó que como su hermana ya era profesional, para él era una motivación adicional poder terminar una carrera.

Javier cuenta que, a pesar de su discapacidad auditiva, desde muy pequeño se puso como meta estudiar en la Educación Superior: “cuando terminé octavo básico con otros compañeros nos propusimos seguir estudiando. Hay algunos que estudian Electricidad y otras carreras así. Además, yo sabía que en Santo Tomás se integraba a los sordos”.

Los difíciles primeros meses

El ahora titulado de Preparador Físico recuerda que, al igual que muchas personas en situación de discapacidad que ingresan a la Educación Superior, los primeros meses fueron los más complicados. “Lo más difícil fue sobreponerse a los obstáculos porque de repente no entendía la información, para el sordo no es fácil, pero recibí mucha ayuda, mis papás me ayudaron, la jefa de carrera también me ayudó mucho”, indicó refiriéndose a la académica María Antonieta Acevedo.

“Quise renunciar en algunas oportunidades, pero no, seguí luchando porque esto era un proyecto importante en mi vida, había invertido recursos y quería titularme. Seguí luchando, fue difícil, repetí algunos ramos, pero seguí esforzándome porque mi objetivo era titularme”, aseguró.

A pesar de esas dificultades, Javier terminó la carrera en cuatro años, realizó su práctica profesional y ahora está buscando un lugar para desempeñarse profesionalmente. “Obviamente quiero trabajar en lo que estudié, estoy buscando, esperando algún llamado “, señaló.

Finalmente, respecto a la jornada en la que recibió su diploma, manifestó que “estoy muy emocionado, nunca imaginé esto, es una sorpresa muy grande ver acá a todos los que me apoyaron. En verdad estoy muy contento de haber tenido la oportunidad y aprovecharla. También estoy agradecido de la comunidad sorda y la comunidad oyente porque jamás me sentí discriminado, por eso me siento muy comprometido con Santo Tomás”.