Descubrir la vocación al sembrar conocimientos

Columna de opinión escrita por Noelia Rubio, egresada de Técnico en Educación Parvularia, 1° y 2° básico del Centro de Formación Técnica Santo Tomás Puerto Montt.

La Educación Parvularia es una etapa fundamental en el desarrollo de los niños y niñas y es aquí donde los más pequeños exploran un mundo nuevo, lleno de emociones, descubrimientos y aprendizajes. No sólo se trata de enseñar a leer o a escribir, sino de fomentar las habilidades sociales, emocionales y cognitivas para el futuro de los niños y niñas.

La vocación en educación es un compromiso con la infancia. Los equipos educativos en este campo no sólo son Educadoras de Párvulos y Técnicos en Educación Parvularia, son guías, un apoyo emocional constante y modelos a seguir para cada niños y niña. Somos los encargados de sembrar pequeñas semillas, en conjunto a las familias, de conocimientos, curiosidad por nuevas experiencias y amor por aprender.

Actualmente ejerzo de Técnico en Educación Parvularia en el establecimiento en donde hice mi práctica laboral, fue una experiencia nueva y muy enriquecedora, ya que fue en pandemia. Muchas veces sentí que no podría continuar con mis estudios por el hecho de estar terminando una carrera en una crisis sanitaria como lo fue el Covid 19, pero descubrí que las ganas que tenía de enseñar eran más grandes que mis inseguridades. El tener la oportunidad de ser también guía, apoyo emocional y modelo a seguir de los más pequeños me animó a poder desarrollarme como profesional y querer actualizar mis conocimientos. Es por esto, que al poco tiempo de egresar de Santo Tomás tomé la decisión de seguir adelante y continuar estudiando para ser Educadora de Párvulos.

El poder trabajar en lo que me gusta es un regalo, es despertar en las mañanas y saber que estoy en donde quiero estar, rodeada de niños y niñas con ganas de aprender, jugar, experimentar y descubrir el mundo que los rodea. 

Si bien la Educación Parvularia puede ser gratificante, también conlleva desafíos significativos y uno de ellos es estar preparados como educadores para adaptarse a las necesidades individuales de cada niño y niña, además, buscar oportunidades de desarrollo profesional constante.

La vocación en esta maravillosa carrera no se trata solo de una elección, sino de un compromiso profundo con el bienestar y el desarrollo de los más pequeños. Una de las recompensas más significativas para nosotros como profesionales es el impacto que generamos a largo plazo en la vida de los niños y niñas.

En este momento estoy trabajando y estudiando algo que me apasiona, en donde escuché el llamado a educar y he abrazado esta vocación. Intento a diario ser mejor profesional por mí y por todos los niños y niñas que tendré la dicha de conocer en este trabajo.

Ser parte de la Educación Parvularia es un viaje de descubrimiento y crecimiento mutuo, dejando una huella profunda en el corazón de quienes lo siguen.