Una alternativa para recuperar los suelos

La degradación de los suelos se define como el cambio en su salud y la disminución de su capacidad para producir bienes o prestar servicios. Por su parte, la desertificación es la degradación ecológica de la fertilidad del suelo, perdiendo parcial o totalmente su potencial productivo. Esto se explica en parte por la erosión, fenómeno natural que se exacerba por malas prácticas agrícolas como el sobrepastoreo y la rotura de cubierta vegetal, junto al impacto del cambio climático.

En Chile, la desertificación afecta a 47,3 millones de hectáreas, equivalentes al 62,3% del territorio nacional. Una de las zonas más afectadas es el secano costero, que abarca desde la Región de Valparaíso al Biobío. Allí, el cultivo intensivo de cereales, el sobrepastoreo y la forestación con especies exóticas han aumentado la degradación de los suelos, la pérdida de vegetación y la desecación de cuencas costeras, existiendo comunas como La Estrella y Cauquenes con más del 80% de su superficie con un grado muy severo de erosión.

Sabemos que el suelo es un ecosistema vivo por el gran número de microorganismos que se desarrollan en él. Esta actividad del suelo es clave para el desarrollo de las plantas y para la descomposición de la materia orgánica, transformándola en un valioso componente que mejora las características físico-químicas del suelo. Por lo anterior, es crucial destacar el rol de la materia orgánica en el suelo con miras a su regeneración.

Dentro de las estrategias para regenerar el suelo del secano, optimizar la captura de carbono y mitigar la desertificación están la ganadería y agricultura regenerativa. La primera busca mejorar la actividad biológica del suelo utilizando el pisoteo y la adición de fecas y orines del ganado, sumado a un correcto uso y descanso de las praderas para promover la captura de carbono. Se plantea que la ganadería en pastoreo bien manejada es parte de la solución al cambio climático. Una estrategia complementaria es el diseño keyline del predio, que busca el redireccionamiento del agua lluvia para mejorar su captura y retención en el suelo, aumentando la humedad en el perfil y promoviendo la actividad.

 

Ver publicación en Revista del Campo