Terapias naturales para un buen descanso
El estrés está presente en todos nosotros; en distintos niveles y durante todo el año, pero a veces las preocupaciones pueden repercutir en la cantidad y en la calidad del sueño. Afortunadamente, existen terapias complementarias, naturales, que nos pueden ayudar a inducir y disfrutar de un sueño reparador.
Lo primero es tener hábitos; crear una rutina de descanso, teniendo conciencia de que necesitamos descansar para reponer energía y fuerza necesarias para nuestro día a día.
¿Qué hábitos debemos crear? La última comida del día debe ser ingerida dos horas antes de ir a acostarnos, para que la digestión esté hecha y no interrumpa nuestro sueño; en el dormitorio debemos crear un ambiente de relajación, con luces bajas y sin estímulos visuales ni pantallas; podemos usar aromaterapia, evitando cítricos que nos estimulen, usando esencias como lavanda o manzanilla, o un olor que nos guste para estar cómodos.
Si bien, la aromaterapia se puede utilizar de distintas formas, en esta época del año y con el Covid aún presente, se recomienda utilizar difusores que humedezcan el ambiente, evitando inciensos ya que su combustión genera congestión y broncoconstricción, que podría empeorar patologías respiratorias.
A esto podemos sumar musicoterapia, es decir, sonidos que nos calmen, nos agraden y nos ayuden a conciliar el sueño. No es necesario que sea ruido blanco o el canto de las ballenas, basta con que sea un sonido calmo que nos agrade para inducir un estado de relajación.
Al estar acostados podemos hacer ejercicios de respiración consciente, una técnica fácil de aprender y practicar, ya que se trata de mantener una respiración pausada, tomando aire por la nariz, inflando el abdomen en el proceso; mantenerlo por 4 o 5 segundos y votarlo por la boca.
Estas son terapias que se pueden llevar a cabo de forma autónoma, sin necesidad de un terapeuta, pero si lo requiere, también puede acercarse a uno para llevar a cabo auriculoterapia, ya que se pueden estimular ciertos puntos que ayudarán a disminuir tensiones, facilitando su relajación y por tanto, su forma de conciliar el sueño. Lo mismo pasa con las flores de Bach, que se preparan en base a la necesidad de la persona, para mejorar sus dolencias o malestares.
Es importante destacar que las terapias se pueden mezclar y llevar a cabo de forma paralela, por lo que podemos utilizar aromas y sonidos en nuestra habitación, y además tener sesiones de auriculoterapia, por ejemplo. Lo importante es ser constantes, no hacer una aplicación y olvidarlo, ya que el o la terapeuta hará seguimiento para evaluar las terapias utilizadas.
Esto no es mágico, los tiempos depende de cada persona, pero es una manera natural de enfrentar un problema sin recurrir a fármacos o abusar de sustancias como la melatonina, que al ser una hormona natural, debe ser indicada y supervisada por un médico.