Santo Tomás de Aquino: Un Gigante de la filosofía

Cada 28 de enero, el mundo celebra el día festivo de Santo Tomás de Aquino, un renombrado filósofo y teólogo cuyas contribuciones han dejado una huella imborrable en el pensamiento occidental. Conocido por su capacidad para conciliar la razón y la fe, Tomas se convirtió en un referente indiscutible en el campo de la filosofía medieval.

Recordamos  al patrono de nuestra institución, Santo Tomás de Aquino, que vivió en el siglo XIII, conocido como el principal exponente de la enseñanza escolástica y además, es el patrón de las universidades, los estudiantes y los profesores.

Este pensador medieval, dejó un legado que perdura hasta nuestros días, sus obras, como la Summa Theologiae, han influenciado profundamente el pensamiento de la sociedad; es conocido por su  enfoque en la búsqueda incansable de la verdad y una vida dedicada al estudio y la reflexión,  que nos inspira a seguir su ejemplo y a profundizar en nuestro propio conocimiento.

Sus argumentos claros y concisos, así como su capacidad para reconciliar la razón y la fe, continúan siendo una fuente de inspiración para aquellos que buscan comprender los misterios de la existencia humana.

Este día, es una oportunidad perfecta para explorar su pensamiento y sumergirse en su sabiduría, su enfoque en la razón y la fe nos enseña a buscar la verdad a través de la lógica y la reflexión profunda, sus escritos nos invitan a cuestionar nuestras creencias y a profundizar en nuestra comprensión del mundo y el sentido de nuestra existencia. En definitiva, Santo Tomás de Aquino, nos regala una guía invaluable para encontrar la sabiduría y la verdad en un mundo lleno de incertidumbre.

Su legado perdura en la educación, en la política y la filosofía, y su pensamiento sigue siendo relevante en la actualidad. A medida que recordamos y conmemoramos a Santo Tomás de Aquino, podemos reflexionar sobre su sabiduría y aplicarla a nuestras propias vidas, buscando siempre la verdad, el conocimiento y la caridad.

Si la civilización contemporánea requiere pensamiento y diálogo, Tomás de Aquino puede ser un buen punto de partida o, al menos, un hombre necesario. Como otros tantos no católicos ni cristianos e incluso precristianos, pero que han formado parte de la tradición intelectual de la que somos herederos. De lo que se trata es de volver a mirar los fundamentos y recuperar la confianza en el hombre, la esperanza en un mundo mejor y en la hermosura de lo eterno.

Si en nuestras instituciones de educación superior podemos vivir esto, no solamente aportaremos a la sociedad nuevos conocimientos científicos, no solamente estaremos formando profesionales, sino que estaremos también educando personas libres, criticas, equilibradas, comprometidas y justas cuya vida este impregnada de una autentica sabiduría.