Reducción del riesgo de desastres: ¿Estamos preparados?

Chile destaca por diversos aspectos en el concierto internacional. Uno de ellos, sin lugar a duda, dice relación con sus condiciones geográficas y climáticas que lo hacen blanco de desastres naturales. Por esto el 13 de octubre en que se conmemora el “Día Internacional para la Reducción del Riesgo de Desastres”, no es un día más.

Aún está presente el recuerdo de lo acontecido en el terremoto del 27 de febrero de 2010, que alcanzó una magnitud de 8,8° y que provocó gran dolor tras una seguidilla de desafortunados acontecimientos.

Aunque no podamos prever cuando ocurrirán estos eventos, es necesario prepararse para enfrentar de la mejor manera el desastre que no solo es estructural, sino también social. Las instituciones se han hecho cargo de algunos aspectos. La Oficina Nacional de Emergencia (Onemi) ha puesto a disposición una aplicación gráfica e interactiva denominada “Visor Chile Preparado”. Actualmente, existen campañas y programas de simulacros y preparación de las familias que se suman a diversas acciones de comunicación y reacción activa, frente a una emergencia.

En las páginas de la Sociedad Geológica de Chile, ya avanza el estudio de la Comisión Oceanográfica Intergubernamental de la UNESCO, donde se plantea el fortalecimiento de las capacidades nacionales para la creación del Centro Nacional de Alerta de Tsunami (CNAT) en Chile. En el sitio chileatiende.cl existe una guía de cómo prepararse y qué hacer en caso de emergencias, como temblores y terremotos, tsunami, incendios, inundaciones, aluviones y erupciones.

Los esfuerzos han sido significativos, sin embargo, siempre es limitado frente a un evento de magnitudes catastróficas, que en el caso de quienes vivimos en Chile los umbrales de la catástrofe son más altos que en otras realidades. Por ello debemos estar alertas frente al futuro, fortalecer nuestros entornos, preparar a nuestros profesionales en los aspectos de ciencias de la tierra, para comprender nuestros ecosistemas desde la conformación de los mismos, unir esfuerzos en las ingenierías para tecnologizar y optimizar tanto sistemas como servicios.

El cambio climático trae consigo diferentes condiciones. Aunque podamos proyectar algunas de ellas, siempre pueden ocurrir eventos inesperados que pongan a prueba, nuevamente, la eficacia y eficiencia de nuestra estructura. Es nuestra responsabilidad ocuparnos del tema, colaborar y compartir experiencias, visiones y adelantos que conlleven a prevenir y reaccionar frente a los distintos escenarios de catástrofe. Este día debemos recordar más que nunca que siempre “es mejor prevenir que curar”, es una obligación que recae en nuestra estructura organizacional y en cada uno de los habitantes como agentes unitarios responsables de una acción, ante la familia y la sociedad.