En marzo del año 2020 se notificó en Chile, específicamente en la ciudad de Talca, el primer caso de COVID-19, meses antes estábamos expectantes sobre esta enfermedad, pues en otras partes del mundo, este virus aún desconocido, estaba provocando múltiples contagios de forma descontrolada, no había claridad de sus signos y síntomas, su mecanismo de transmisión era incierto, más aún pensar en un tratamiento y lo peor, era que la gente se estaba muriendo a causa de esto.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) la declaró una emergencia de salud pública de carácter internacional el 30 de enero del año 2020, clasificándola como una pandemia, nadie dimensionó todos los cambios que esto nos traería a nuestras vidas.

En Chile, se fueron instaurando diversas medidas sanitarias para hacer frente a esta enfermedad, como lo fue el uso de mascarillas, el confinamiento de la población, el toque de queda, inicio del teletrabajo, plan paso a paso, distanciamiento físico, entre otras, y estuvimos durante mucho tiempo sin ver a nuestros seres queridos, sin poder ir a un gimnasio, a un cine o a un concierto.

¿Cuándo esto empezó a cambiar?, principalmente gracias a la administración de vacunas contra el COVID-19, lo que nos llevó a generar inmunidad, poder hacer frente a la enfermedad y disminuir los casos activos circulantes y las tasas de mortalidad, complementándolo al autocuidado ya aprendido durante el curso de esta pandemia.

Este año 2022, se cumplen dos años desde el inicio de esta emergencia sanitaria, hemos retomado actividades que veíamos lejanas de realizar y entre ellas destaco el volver a los centros educacionales de forma 100% presencial. Para llegar a esto se han tomado múltiples medidas y se respalda en decisiones ministeriales, por ejemplo, que el 80% de las personas de una institución estén vacunadas, implementar protocolos de seguridad, registrarse por temas de trazabilidad, instalar dispensadores de alcohol gel, ventilación constante, etc.

La pandemia aún no ha terminado, hace poco tuvimos peak de casos activos por la famosa variante Ómicron en Chile (nuestra tercera ola) y es muy probable que se descubran nuevas variantes y el virus vaya mutando, por eso, los invito a seguir con las medidas de autocuidado, utilizando mascarillas quirúrgicas o KN95, realizar frecuentemente lavado de manos o higienización de éstas con alcohol gel, mantener los espacios cerrados ventilados (abrir puertas y/o ventanas) y lo más importante, continuar vacunándose contra el COVID-19.