Este año la Educación Técnico Profesional (TP) cumple 78 años en Chile. En estos años la oferta se ha diversificado, ampliando su cobertura a nivel nacional, dando paso a una gama de profesionales formados en diversas áreas del conocimiento, requeridos por el mundo laboral; transformándose en una opción cada vez más atractiva para los jóvenes y trabajadores.

Durante toda mi vida laboral he trabajado con y para el mundo TP; primero como docente de aula y campo clínico, luego como directora académica y finalmente como Rectora de un CFT, por 30 años, por tanto, me siento parte de esta historia.

En 3 décadas hemos vivido una lenta pero favorable evolución y valoración de la formación TP. Antes, se veía “mal” estudiar en un CFT, pues la aspiración era de una carrera universitaria, que suponía mayores ingresos. Hoy, este tema cultural está parcialmente nivelado, gracias al reconocimiento entregado a nuestros egresados, que son clave para el desarrollo del país.

Soy testigo, pues a la cabeza del CFT Santo Tomás Puente Alto fuimos la primera Institución de Educación Superior en dicha comuna, entregando formación profesional a varios miles de alumnos; muchos de ellos primera generación en la educación superior, siendo razón de orgullo en su círculo familiar, y por qué no decirlo, también de nuestra institución.

Orgullo por cada joven egresado de enseñanza media técnico profesional, que ingresó para continuar sus estudios; por cada padre de familia que decidió intentarlo y por las madres e hijos que estudian en distintas secciones y se encuentran en nuestros pasillos. Orgullo por su tenacidad y determinación a la que esperamos responder de la mejor manera.