Una de las frases más frecuentes que he leído en estos días es “en tiempos de covid-19”, esto, ¿qué significa?, ¿volveremos a un estado previo covid-19 o estamos en etapa de transformación?

Desde la perspectiva económica, la digitalización de los negocios se está transformando aceleradamente a comparación de un estado pre-covid. Palabras como transferencia electrónica, cyberday, notificaciones electrónicas, son cada vez más recurrentes en nuestro lenguaje cotidiano, lo que me hace pensar en cómo estamos interactuando y los desafíos que la modernización involucra.

Esta pandemia, una de las cosas que ha mostrado, es que podemos acceder a un catálogo de servicios y productos a lo largo del mundo por medio de celulares y computadores en la comodidad de nuestros hogares. Este mercado virtual ha llevado a la incorporación de nuevos ofertantes que han tenido que desarrollar innovaciones en las estrategias de negocios aceleradas, para ser competitivos recurriendo a la digitalización de sus servicios.

La digitalización acelerada involucra decisiones y esfuerzos significativos sobre los medios de alcance, plataforma digital y logística. Como por ejemplo, un emprendedor que desee mostrar su producto debe decidir entre múltiples herramientas disponibles en el mercado, como es el caso de, qué red social usará, cuál será la plataforma de pago y cuáles son las opciones de distribución de su producto. Estas herramientas generan externalidades sobre la experiencia de compra que afectan la calidad de la prestación, como es tiempo de demora, caída en la plataforma de pago, entre otras.

Si bien, la modernización es una oportunidad de mejora, para solucionar las externalidades presentes, sería útil internalizar las herramientas haciendo indispensable contar con una fuente de recurso económico. Para una PYME la internalización puede conllevar un costo significativo en su subsistencia.  Al menos, en lo que esta materia se refiere, innovaciones como Talento Chile, es un soporte para quienes deseen  optar por esta modalidad tecnológica, que para este tiempo de covid-19, puede convertirse en una solución a los conflictos económicos.

Es difícil imaginar la incertidumbre de pequeños emprendedores en el escenario de complejidad económica, que las autoridades exponen para el devenir de nuestro país. No obstante, es alentador la idea de imaginar nuevas oportunidades para el soporte económico de las familias. Queda en manos de los emprendedores la responsabilidad, ante la modernización de su modelo de negocio por medio de iniciativas propias y a su vez hacer exigible acciones al Estado, que puedan apoyar en su proceso de transformación digital.