La paradoja del ejercicio físico: consecuencias fatales

Son conocidos los múltiples beneficios de la actividad física. La ciencia ha demostrado los cambios asociados a la práctica regular de ejercicio físico y cómo estos repercuten de forma positiva en el estado de salud de las personas.

Sin embargo, no cualquier ejercicio es realmente provechoso. Las respuestas y adaptaciones que esperamos obtener con el ejercicio está regulada y controlada bajo principios, destacando el de individualidad (cada persona responde de forma diferente) y el de especificidad (debe ser dosificado en función de un objetivo).

A esto se suman factores de riesgos que pudieran presentar los participantes de un programa de ejercicio. Ya el solo el hecho de presentar riesgo cardiovascular (hipertensión, sobrepeso u obesidad, diabetes) o tener hábitos de tabaquismo y sedentarismo, es motivo para una previa visita al médico antes de iniciar un programa de ejercicio, como lo señala el Colegio Americano de Medicina Deportiva.

Lamentablemente, no respetar estos principios mínimos puede desencadenar consecuencias fatales, como sucedió en una cadena de gimnasios. La falta de evaluación y control de parámetros de salud durante la práctica de ejercicios es clave para mantener un contexto seguro, sobre todo si se realiza un entrenamiento a personas con algún trastorno metabólico, como la obesidad, que es mucho más que pedalear en la bicicleta o caminar sobre una trotadora.

Siempre es importante considerar recomendaciones antes de comenzar la actividad física, ajustando la dosificación del ejercicio en función de la evaluación, con el propósito de establecer cargas de trabajo para iniciar las progresiones en intensidad y volumen del ejercicio hacia los objetivos establecidos.

Asimismo, se debe tener presente un control en todo momento de parámetros hemodinámicos, como la presión arterial y frecuencia cardiaca, y asesoría profesional del área especialista del ejercicio. Estos factores nos llevarán a una buena práctica deportiva, no así aquella sin supervisión profesional, la cual podría traer consecuencias fatales.