Levemente sobre lo proyectado se anotó el IPC de julio, permitiendo a la inflación de los últimos doce meses registrarse en el techo máximo del rango meta del Banco Central.

Al revisar la inflación subyacente se podría deducir que la economía nacional goza de una inflación absolutamente sostenida, augurando para 2016 un aumento en el nivel general de precios del orden del 3,5%-3,6%.

A diferencia de semestres anteriores, en el próximo no deberíamos de tener presiones de alzas de precios debido al tipo de cambio, ni tampoco por consumo interno, el cual se aprecia minimizado.

Por lo mismo, y en virtud al actual contexto inflacionario, la autoridad monetaria tendrá entonces mayor grado de libertad para revisar con cautela modificaciones en la tasa de interés, toda vez que se requiere dinamizar la inversión y el consumo interno.