Habilidades de Comunicación: Una necesidad personal y profesional

Revisar llamados públicos para llenar vacantes profesionales es encontrarse con peticiones que incluyen manejo de idiomas, liderazgo, trabajo en equipo o proactividad. Todas estas competencias muy necesarias y útiles en el mundo actual. Sin embargo, resuena con mucha fuerza la ausencia de otro tipo de habilidades – quizás mal denominadas blandas – entre las cuales encontramos las habilidades de comunicación.

En primer término, ¿Qué son las habilidades de comunicación? De acuerdo con la literatura se pueden encontrar definiciones que apuntan a procesos lingüísticos que se desarrollan durante la vida y que permiten participar de la vida social con eficiencia y destreza. Otras miradas más actuales las incluyen dentro de las denominadas cuatro C junto a la creatividad, pensamiento crítico y colaboración y las señalan como condiciones básicas para el desarrollo profesional actual.

La comunicación es una de las condiciones que nos reflejan como seres humanos y nos diferencia de otras especies. Corresponde a un proceso innato, inconsciente e inherente. Sin embargo, la pregunta que uno debe realizar es cuánto tiempo y trabajo dedicamos a su desarrollo. Sobre lo mismo, cuanta atención otorgamos – en el ámbito del trabajo – a relacionamos comunicacionalmente de forma adecuada. Así como aprendemos a andar en bicicleta o mejoramos nuestras habilidades informáticas, debiéramos preocuparnos y ocuparnos por mejorar nuestras formas de comunicación.

Luego, es necesario comentar que estas habilidades se dividen en cuatro áreas:  hablar, escuchar, leer y escribir. Todas ellas igual de relevantes. Otras clasificaciones incluyen, también, la comunicación no verbal como una forma de interacción relevante. De ellos, es probable la menos desarrollada sea la capacidad de escuchar de forma activa. Cuando se presta atención a lo que otra persona dice – sin interrumpir ni contestar antes de tiempo – se desarrollan habilidades de comunicación más efectivas.

Sin la intención de entregar recetas, hay ciertas recomendaciones que se pueden tener en cuenta para comunicarse mejor.  Ser realmente genuino, es decir, que exista concordancia entre lo que se piensa, siente y se expresa, todo lo cual permite que el mensaje sea entregado sin ambigüedades. Se suma, además, la empatía que tradicionalmente se entiende como ponerse en los zapatos del otro. Aunque puede agregarse comprender desde la emoción más que la razón.

Para finalizar, aprender a comunicarse – comunicarnos es un trabajo diario y consciente y debe desarrollarse en todos los niveles del sistema educativo. Favorablemente, las Universidades cuentan con asignaturas y talleres dirigidos a trabajar esta área, considerando que la formación integral de los nuevos profesionales debe incluir el componente de las habilidades de comunicación como núcleo básico. Junto con ello, el trabajo e intención de mejorar nuestros propios espacios con proceso de comunicación intencionados y armónicos, es una decisión personal que debiéramos tomar.