¿Sabía usted que las enfermedades cardiovasculares son las que más matan personas en Chile y que se gastan aproximadamente el 9,2% del presupuesto de salud nacional en enfermedades relacionadas con el tabaco? Y que, si usted deja de fumar, ¿tendría a fin de año $168.000 aprox. para sus vacaciones o que vivirá 5,7 años menos?

Si aun así sigue pensando en fumar, podría considerar los efectos que el tabaco tiene en las personas que lo rodean. El humo de tabaco aumenta en un 30% la posibilidad de infarto de los adultos que viven con el fumador y sus hijos faltan seis veces más a la escuela que los hijos de no fumadores y van al médico con más frecuencia, causando 65 mil muertes al año en el mundo. Incluso, las mascotas podrían morir intoxicadas con nicotina, si comen o tienen contacto con sus colillas de cigarrillos. Además, el fumar afecta el ambiente de trabajo, disminuye su producción y los trabajadores se enferman más.

“Tabaco y salud pulmonar” es el lema de la OMS para este día 31 de mayo declarado como el Día Mundial sin Tabaco, donde se espera intentar hacer conciencia a la población de las consecuencias negativas del cigarrillo para la salud pulmonar y las enfermedades respiratorias crónicas que producen su hábito. Además de todas las iniciativas para el cese de su consumo, ya que en Chile su prevalencia era de un 40% según la Encuesta Nacional de Salud, situándonos en el último lugar de la tabla de América Latina en conseguir este objetivo.

El tabaquismo está incorporado como factor de riesgo modificable cardiovascular desde el 2001 y desde esa fecha se incorporan actividades de pesquisa, acompañamiento y tratamiento de las personas tabáquicas. Estas actividades son para todos los usuarios de 15 años y más que se atiendan en CESFAM. Se les entrega consejería y consulta dentro del programa de salud mental si es necesario. La población que desea dejar de fumar, puede hacerlo, porque cuenta con apoyo del equipo de salud.

El problema surge de todos aquellos que aún conociendo todos los riesgos que fumar implica, no desean dejar de hacerlo. Y aquí, como siempre, se apela a la educación en los ciclos iniciales de formación, donde se incluyen unidades en los planes y programas de asignaturas como Ciencias Naturales, donde se hace conciencia de los peligros y consecuencias del fumar. La clave estaría en las nuevas generaciones que conocen los riesgos y generen el cambio.

Nuestra legislación ha hecho grandes avances en el tema; desde el año 2013, la Ley 20.660, definió las prohibiciones para fumar, los lugares públicos y la venta de cigarrillos, entre otros temas relacionados. Define, por ejemplo, que el conductor de un automóvil no debiera de fumar mientras maneja, que no se puede fumar en las plazas de condominios si así lo definen en su reglamento; en universidades, centros de educación superior o en hoteles; en un intento de lograr vivir en un ambiente libre de humo de tabaco.

¿Y usted, aún desea seguir fumando y exponer su salud pulmonar a toda costa?