El malestar de dejar de importar

En los últimos años, la salud mental ha emergido como una de las principales preocupaciones sanitarias en Chile. Estudios recientes muestran que uno de cada cuatro chilenos presenta síntomas de ansiedad moderada o severa, y uno de cada cinco, síntomas depresivos sanitario (ACHS–UC, 2024). Este malestar se intensifica entre personas desempleadas o endeudadas, muchas de las cuales no acceden a atención psicológica por barreras económicas o falta de cobertura.

El consumo de psicofármacos ha aumentado, incluyendo el uso sin receta, y el consumo problemático de sustancias como alcohol y marihuana también crece, sobre todo en sectores más vulnerables, según estudios de SENDA. La salud mental, por tanto, se ve afectada por determinantes estructurales: bajos ingresos, menor escolaridad y escasa red de apoyo, factores que limitan el bienestar subjetivo.

Más allá de la presencia física de otros, lo que protege a las personas es la calidad de los vínculos. El sentirse visto, valorado y sostenido por una red de cuidado mutuo, ya sea familiar, vecinal o comunitaria, es esencial para la salud mental. Cuando estos lazos se debilitan o no existen, se instala una experiencia de desafiliación: no sentirse parte de algo, no influir en el entorno ni confiar en las instituciones.

Autores como Susan Fiske y Axel Honneth han señalado que las personas necesitan pertenecer, comprender su contexto y sentirse valiosas. Cuando estas condiciones no se cumplen, emergen emociones como la desesperanza, la baja autoestima y el autorreproche, que expresan un sufrimiento profundamente social.

La salud mental no puede abordarse solo desde lo clínico. Se requiere avanzar en políticas públicas que fortalezcan las redes comunitarias, promuevan la participación social y mejoren las condiciones materiales de vida. Si la salud mental es uno de los grandes desafíos sanitarios del país, entonces el cuidado, la equidad y la cohesión social deben ser entendidas como responsabilidades colectivas.

Desde la academia, el compromiso está en seguir investigando, educando y colaborando activamente con el entorno para promover una salud mental basada en el reconocimiento, la inclusión y la dignidad humana.